Lo que mereces es lo que tienes que construir

Lo que mereces es lo que tienes que construir

Por: Carolina Montero

A propósito de que este 8 de marzo, se conmemora el Día Internacional de la Mujer, recientemente participé en una charla inspiradora sobre crecimiento personal dirigida a mujeres, con el propósito de brindarles herramientas que les permitan desarrollarse y crecer en el ámbito emocional, social y profesional.

Durante la conversación, varias frases resonaron en mí, pero una en particular se quedó en mi mente: «A veces sentimos tanto miedo que no sabemos el lugar que merecemos». Y es cierto, el miedo nos paraliza, nos impide avanzar, nos vuelve conformistas y nos mantiene atrapadas en nuestra zona de confort.

Sabemos que merecemos una vida mejor, un empleo digno, una relación amorosa saludable y estar en el lugar que realmente queremos. Sin embargo, muchas veces nos limitamos a soñar con ese ideal sin dar el paso para alcanzarlo, precisamente por miedo. Comprendo que no es fácil, pero hay que intentarlo, sacudirnos la inseguridad y actuar, para que el tiempo no nos pase factura.

Otro aspecto fundamental que se abordó en la charla fue la importancia de aprender a poner límites. No podemos permitir que los demás ingresen a nuestra vida y pretendan controlarnos, incluso en nuestros pensamientos. Para ello, debemos aprender a decir “NO”, marcar nuestro territorio y hacer valer nuestras decisiones, sean estas acertadas o no. Ser la dueña de nuestra vida es un derecho innegociable.

Asimismo, es crucial dejar de lado el rol de «mujer salvadora» y priorizarnos a nosotras mismas. Solemos ser seres dadores por naturaleza y muchas veces terminamos asumiendo responsabilidades ajenas, preocupándonos y ayudando incluso cuando no se nos ha pedido. Este comportamiento nos arrastra a un ciclo de agotamiento físico y emocional que afecta nuestra salud integral.

Puedes leer: Tienes muchos contactos, ¡deberías tener más oportunidades de trabajo!

Por último, está la necesidad de amarnos en nuestra propia piel. Cuando nos sentimos desconsideradas, frustradas o insatisfechas, es porque no estamos en armonía con quienes somos. Nos esforzamos por encajar en estándares sociales inalcanzables: que hay que perder peso para ser aceptadas, que debemos vestir de cierta manera, ser las mejores profesionales y, al mismo tiempo, las súper madres, amas de casa y esposas perfectas. Este nivel de autoexigencia nos desgasta hasta el punto de enfermarnos.

En este Día Internacional de la Mujer, recordemos que lo más importante es estar bien con nosotras mismas, porque somos nuestra propia compañía para toda la vida. Aprendamos a escucharnos, a comprendernos y a no esperar llegar a la tristeza para reaccionar. ¡Construyamos el camino hacia lo que realmente merecemos, con valentía y amor propio!

Más leídas