Lo vital en una vida existencial

Lo vital en una vida existencial

José Miguel Gómez

Los psicoterapeutas sabemos la importancia que tiene el asumir la vida con las razones existenciales resueltas, autorreguladas, entendidas y asumidas para construir el para qué, que es la parte más significativa en el ser.
Las crisis de ansiedad, el pánico, la depresión, el miedo a la soledad, la inseguridad, las adversidades y circunstancias de la vida guardan relación con la falta de autoconfianza y de fortaleza emocional para tener los autocontroles de la vida.
El miedo nos destruye, nos paraliza o se adueña de nuestra vida, en la medida que es más grande que los recursos que disponemos para enfrentarlo. Recursos que pueden ser desde lo económico, lo emocional, lo psicológico, espiritual o contar con las habilidades y destrezas para responderá las adversidades.
Qué tan bien preparados estábamos para enfrentar la pandemia o para el divorcio, un duelo, la pérdida de un trabajo, un conflicto familiar, un acoso moral o la pérdida del estatus socio-económico. En diferentes personas van a existir diferentes resultados con representación de riesgo, de impactos en lo emocional y lo conductual, dependiendo de su refugio existencial y el logro del significado vital de su vida.
El nivel de fragilidad, vulnerabilidad en una persona puede incidir desde su condición biológica, el tipo de crianza, su tipo de personalidad o de la falta de factores protectores con los que cuente para enfrentar una adversidad.
Con el covid-19 hemos aprendido a vivir más simple, con menos cosas y menos expuestos a la vanidad o a los estándares o exigencias del mercado y de las personas. De pronto hemos vivido sin el vehículo, los trajes, las cenas en restaurantes, sin viajar, sin los encuentros de amigos y sin los espacios confortables.
Aquellas personas que tenían asumida sus vidas desde lo vital y lo existencial encontraron el significado de lo vital en las cosas intangibles, sencillas que son las que le dan respuestas significativas a su armonía emocional y psicológica: leer un libro, escuchar música, realizar ejercicios, desde la casa, hacer yoga, conectarse con el cine, el teatro, la meditación, las conversaciones con amigos y familiares.
Todo el que fortaleció su vida espiritual con lo intangible, sintió menos miedo, menos soledad, menos angustia y menos temor. En cada circunstancia y adversidad los seres humanos fortalecen sus emociones y sus razones existenciales a través de mantener su enfoque, su atención y concentración y refugio en aquellos significados que le ayudan a fluir y sentir la satisfacción y la paz en la adversidad.
Cada persona que se sienta ser el capitán de su barco y amo de su destino en medio de la tormenta, de la catástrofe, de la guerra o de una pandemia debe buscar de sus propios recursos para protegerse, mantenerse y salir airoso. Es diferente de las personas que no saben autogerenciar o administrar sus propios recursos psicológicos, ni emocionales que terminan en crisis, pánico, desajustado y perdiendo el equilibrio, la equidad y la eficacia en cada circunstancia desfavorable.
En la vida existencial lo vital sigue siendo la familia, los amigos, los vecinos, los valores, el trabajo y la socialización saludable. Sin embargo, aquellas personas que vivan estimulando hacia un placer cortoplacista y valorando el confort, la vanidad, y el “ego” por encima de lo vital, son los que no han aprendido nada después del covid-19.
La posmodernidad ha sustituido lo vital por lo visual, lo inmediato, la adoración al cuerpo, lo que autogratifica y da constancia de éxito. Hace tiempo que impusieron vivir por el parecer y estimulan la renuncia del ser, es decir, la esencia de lo vital para entender la dimensión humana.
Las personas que han podido mantenerse y descubrir lo vital en su existencia son los que han de tener mejor salud mental después de la pandemia y volver a una nueva normalidad siendo mejores personas.

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