Los creadores de la IA y sus paradojas

Los creadores de la IA y sus paradojas

(La IA como salvadora y destructora)

Sin que los investigadores hayan definido cómo se creó el mundo y cuál de las múltiples teorías existentes es la que lo explica todo, algunos científicos y tecnólogos de hoy temen que todo pueda ser destruido por el avance y desarrollo de la llamada IA general o Inteligencia autónoma. Muchos son los expertos que aseguran que el mundo puede ser destruido o que la civilización humana puede desaparecer por su causa. La secuencia creación-preservación-destrucción, ha existido en muchas religiones del mundo. Cada tradición religiosa tiene su propia interpretación, pero en general, refleja la naturaleza cíclica y cambiante de la existencia en el mundo espiritual y terrenal. Incluyamos como ejemplo al hinduismo (surgido alrededor de 1500 a.C.) el cristianismo y el budismo.

En la India este ciclo es personificado en la tríada de los grandes dioses del hinduismo: Brahmâ (el creador), Visnú (el preservador encarnado periódicamente bajo la forma de avatares) y Shiva (la destructora, provocadora de la renovación cíclica). En el cristianismo, por su lado, la secuencia de creación, preservación y destrucción se relaciona con la creencia en la creación, el juicio final y la nueva creación. En cuanto al budismo el enfoque está en el ciclo de renacimiento (samsara o rueda de la vida) y en la búsqueda de la liberación del sufrimiento. Al referirse a la creación y preservación, aunque no se habla de una deidad creadora en el budismo, reconocen el ciclo de renacimiento (reencarnación) en el que las acciones (karma) de una vida influyen en la siguiente. En el budismo, el universo no fue creado por un ser superior, sino que forma parte de ciclos de destrucciones y de creaciones inherente a la propia naturaleza.

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Muchas son las civilizaciones que han desaparecido y múltiples las causas: cambios ambientales severos, conflictos entre naciones, declive económico y otros factores sociales. Valiosas civilizaciones desaparecieron como es el caso de la Maya (las posibles causas incluyen sequías, agotamiento de recursos, conflictos internos y cambios sociales, guerras entre diferentes ciudades Estados); la civilización minoica: que habitaba la isla de Creta en el mar Egeo durante la Edad del Bronce colapsó alrededor del siglo XV a.C. debido a erupciones volcánicas, posibles tsunamis y la posteriores invasiones; el Imperio Romano Occidental se derrumbó en el año 476 d.C. debido a una combinación de factores, incluyendo invasiones bárbaras, crisis económica y división interna, entre otras. En general, los enfrentamientos por recursos y poder debilitaron aún más la estructura social y política de muchas civilizaciones.

Muy importante es mencionar que, a pesar de los aportes positivos de la tecnología a lo largo de la historia, también podemos recordar y mencionar algunos ejemplos donde el uso y abuso de la tecnología llevó al desplome o la destrucción de civilizaciones. Algunos de estos casos incluyen: el desarrollo avanzado de armas y nuevas tecnologías militares; la invención y el uso de armas de asedio que contribuyeron a la caída de ciudades fortificadas en el mundo antiguo; las armas de fuego que tuvieron un impacto significativo en las conquistas coloniales; la utilización de armas químicas, biológicas y nucleares que han causado la devastación de poblaciones y han contribuido al colapso regional. Asimismo, el uso inadecuado de la tecnología agrícola y ambiental, como es el caso de la sobreexplotación de suelos y recursos naturales, ha llevado a la desertificación y la degradación en algunas regiones, provocando el desplome de civilizaciones que dependían de la agricultura. Los efectos en la salud pública. La introducción de tecnologías y formas de vida foráneas en algunas culturas ha llevado a cambios sociales y culturales que han debilitado las estructuras tradicionales y la cohesión social.

Por otro lado, la automatización y la tecnología pueden desplazar trabajadores y cambiar las estructuras económicas, lo que puede tener un impacto negativo en las sociedades que dependen de ciertas industrias o sectores. El colapso de sistemas y la falta de mantenimiento adecuado de infraestructuras tecnológicas, como represas o sistemas de suministro de agua, ha llevado a desastres que han afectado a poblaciones y áreas circundantes. Como podemos ver, tanto el desarrollo como el uso inadecuado o la dependencia excesiva de la tecnología pueden tener consecuencias negativas. Pero dejando de lado los fenómenos naturales, en última instancia, es el ser humano el que, con sus desatinadas decisiones, su deseo de poder y sus aspiraciones económicas desmedidas el que provoca el colapso o la caída de ciertas civilizaciones.

Hoy, algunos creadores, programadores, promotores, patrocinadores, inversionistas del mundo de la IA nos hablan de sus miedos y del peligro de acabar con el mundo tal como lo conocemos. Paradójico, ¿no? Es sumamente importante que analicemos porqué razón las grandes mentes que actuaron, dieron su visto bueno y son responsables de lo que hoy tenemos cambien su discurso. ¿Cómo y cuándo podrá suceder lo que advierten? Sus premoniciones son importantes y hay que tomarlas en cuenta. Lo que decretan aún no se concretó, así que puede que estemos a tiempo de analizar lo que ocurre, ver los pros y los contras. Ver cómo podemos beneficiarnos de los grandes aspectos positivos de la IA y al mismo tiempo determinar cómo podemos gestionar los riesgos: identificarlos, analizarlos, clasificarlos, ver cuáles son inevitables y cuáles no, evitarlos o controlarlos.

Quizás se puedan mitigar, reduciendo su impacto compartiendo la solución con todas las partes interesadas. Transferir el riesgo en este caso no creo que sea posible, quizás podemos verlo como una oportunidad para mejorar los sistemas de la IA general. Si el problema es la autonomía de la IA, ¿cómo pueden los expertos en programación controlar su autonomía? Ellos lograron crear redes neuronales similares a los seres humanos y ahora están desarrollando en la máquina conciencia y sentimientos, entonces… Estas mentes geniales capaces de crear máquinas de este alto nivel, necesariamente tienen la capacidad de limitar sus efectos y su accionar. ¿Será posible que al nivel en que nos encontramos la regulación pueda ayudar?

Asunto importante a develar es a qué intereses sirven estas compañías tecnológicas. ¿Qué buscan los dueños del mundo? “Cerca de la mitad de la riqueza del mundo la tiene 1,1% del total de población global” (Credit Suisse, 2021). Informan que el 55% de población mundial solo tiene 1,3% del dinero. Las empresas más grandes del mundo por capitalización son justamente las tecnológicas (PWC, 2021) como: Apple, Microsoft, Amazon, Alphabet (Google), Meta Platforms (anteriormente Facebook), Tesla, Tencent (una de las mayores empresas de tecnología y redes sociales del mundo, China), Alibaba (China), Berkshire Hathaway (dirigida por Warren Buffett), entre otras. ¿Qué inversionistas hay detrás de las marcas y cuáles son los mayores? Ya es hora de que estos empresarios socios mayoritarios de gran poder económico-político dirijan su accionar hacia el logro de un mundo mejor para beneficio de todos.

Nos acercamos a la “Singularidad”, donde la máquina virtual será igual o más inteligente que el ser humano. Sospechamos que es difícil que el mundo tecnológico detenga sus esfuerzos por lograr la “Singularidad” y es que ya que estamos demasiado cerca. La IA ha brindado grandes y positivos efectos a la sociedad. Suspender el riesgo de la IA, de un todo, es un problema difícil de resolver. Hay que planificar e implementar estrategias que nos protejan sin crear nuevos riesgos. En nuestra próxima exposición veremos en detalle y analizaremos qué es lo que plantean los expertos que han firmado la carta a la inteligencia artificial. Cerremos la entrega de hoy con unas palabras de Tim Cook, CEO de Apple: “Lo que todos tenemos que hacer es asegurarnos de que estamos usando la IA de una manera que sea en beneficio de la humanidad, no en detrimento de la humanidad” (Cook, 2011).