Los efectos internos y externos del proceso de la desglobalización

Los efectos internos y externos del proceso de la desglobalización

Fernando Álvarez Bogaert.

Al sector productivo y social (2/3)
En el artículo anterior tratamos sobre la situación económica mundial, el proceso de desglobalización y sus perspectivas en el corto plazo. En él destacamos el impacto que experimenta la disrupción de la cadena de suministro y el incremento en la inflación con perspectivas de crecimiento económico reducidas.

Un ejemplo, en marzo de 2022, la economía norteamericana registró una inflación interanual de un 8.5%, la mayor desde el 1981, mientras que la Eurozona registró una inflación de un 7.5%, la guerra en Ucrania y la escalada de precios de la energía, de un 44,7%, marcan la mayor subida desde la creación del euro.

Mientras la incertidumbre del conflicto bélico continúe no se podrá tener, a ciencia cierta, la dimensión de la actual crisis ni sus efectos en las distintas economías del mundo. Pero la guerra no es el único factor que desbocó la inflación, esta venía aumentando antes de la invasión, producto del aumento en los costos de la cadena de suministros y fletes marítimos.

La principal medida con la que cuentan los Bancos Centrales para hacer frente al aumento de la inflación es la subida en los tipos de interés, disminuyendo el consumo, aumentando el ahorro para poder realizar mayores inversiones. El principal inconveniente con la inflación, en este momento, es que la mayoría de los precios aumentaron en las materias primas, el petróleo y sus derivados, bienes que son inelásticos y la disminución de su consumo no es tan rápida.

Por su parte, los Bancos Centrales tampoco han incrementado los tipos de interés o los planes de rescate que tienen activos a un ritmo suficiente.

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Mohamed El-Erian, renombrado economista, puntualiza lo extraño que resulta que una institución como el FMI haga revisiones de las perspectivas económicas en el primer trimestre y este año lo ha hecho, disminuyendo el crecimiento mundial de un 4.4% a un 3.6% con perspectivas de inflación superiores a las señaladas inicialmente. Indicando que los sectores que más se verán afectados son las materias primas alimentarias y de energía. Pero no solo disminuyó las perspectivas para el 2022, sino que también lo hizo para el 2023.

El informe del FMI ofrece un importante recordatorio a los formuladores de políticas de que deben centrar mucha más atención en mejorar la productividad y fortalecer los otros motores de un crecimiento económico robustos e inclusivo. Si fallan en hacerlo, el riesgo de estancamiento del crecimiento a mediano plazo será incómodamente alto. En un mundo que ya está sujeto a considerables retos de: cambios climáticos, económicos, financieros, entre otros, ese no es un escenario que podamos permitir. Por suerte, ese podría ser el enfoque que adopte la República Dominicana para poder sacar partido de la incertidumbre mundial.

En la próxima entrega, hablaremos sobre el proceso de desglobalización y cómo podríamos utilizarlo para crear mejores perspectivas locales.