No es la primera vez que ocurre y, lamentablemente, tampoco será la última, pues a pesar de la cacareada reforma la Policía no se muestra dispuesta a renunciar al método bárbaro de ejecutar a “reconocidos” delincuentes, amparada en el desacreditado argumento de que cayeron abatidos en un intercambio de disparos. Con el agravante, en esta ocasión, de que dos de los muertos pertenecían a la Armada, que según la versión policial formaban parte de una organización criminal conformada por civiles, policías y militares que se dedicaban a robar y atracar, a dar tumbes de drogas, al tráfico de armas de fuego y a los cobros compulsivos para el crimen organizado, entre otros delitos. ¡Una verdadera empresa criminal con una amplia oferta de servicios!
Al igual como ha ocurrido en otras circunstancias en las que la mentirosa versión del intercambio de disparos ha sido desmentida, un curioso grabó un video, que subió de inmediato a las redes sociales, en el que se ve a los miembros del Dicrim cuando los apresan vivos y los introducen en un vehículo policial. ¿A dónde se los llevaron para ejecutarlos a sangre fría, de manera despiadada y sin darles la oportunidad de defenderse?
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Esa pregunta la deberá responder la investigación que inició el Ministerio Público, que ante las evidencias de que se trató de un vulgar asesinato, cometido por miembros del cuerpo del orden y en nombre de la ley, no le quedó de otra que asumir su responsabilidad. Aunque vale señalar que no somos pocos los que dudamos que se llegue al fondo del asunto, hasta los cabecillas de la organización criminal, pues según familiares de las víctimas se les mató para que no revelaran información comprometedora sobre oficiales de mayor rango.
Precisamente por eso, porque los muertos no hablan, es que la tienen tan difícil los fiscales responsables de la investigación, en la que no deberíamos, insisto, poner demasiadas esperanzas. ¿Qué cómo va la cacareada reforma de la Policía? ¡Muy bien gracias!