En Estados Unidos y en otras grandes naciones de personas negadas a vacunarse, en esos opuestos a la inmunización reside en más de un 85% el que el virus SARS-CoV-2 sea con sus variantes, más contagioso y considerablemente letal, cuando se transmite a quienes no optaron por la debida protección que injustamente no esta llegando a todo el planeta.
Esos negados son entonces los más efectivos propagadores, casi exclusivamente, de una infección viral devastadora.
República Dominicana está expuesta a que la batalla hasta ahora de buenos resultados contra la pandemia dominante en el mundo pierda efectividad y no tarden en reaparecer los rebrotes.
La libertad para eludir la administración de dosis, vista como un derecho que asiste a cada ciudadano, va directamente en contra del derecho a la salud y la vida de los demás habitantes.
La renuencia de una parte de la población –que no es mayoría absoluta- carece de fundamento científico alguno, a menos que existan condiciones orgánicas demostrables de alto riesgo y de hecho, especialistas de la salud prescriben a pacientes suyos, dejar de lado la inmunización, algo irremediable y legítimo, pero poco común, para el que debe respetarse la certificación que emitan los médicos.
Aún tolerando una posición individual adversa a la meta fundamental de llevar a la colectividad nacional a una totalmente factible inmunidad de rebaño, la sociedad debe ser llevada a la máxima protección contra contagios graves y letales erigiendo barreras a la libre circulación de personas sin vacunar por los medios de transporte colectivo, establecimientos comerciales, centros de estudios y de diversión.
Los controles deben ejercerse con capacidad técnica para detectar falsificaciones del documento demostrativo de la inmunización.
La voluntaria decisión personal de escapar a las jeringuillas no puede convertirse en un problema social de salud. No se debe tener derecho al empleo, ni a otra aceptación para socializar en espacios concurridos si el papel de vector importante de una terrible enfermedad, es el que le está correspondiendo a los no vacunados.