Una mayor demanda mundial y la calidad de los puros dominicanos aseguran que el valor de las exportaciones de puros continuará creciendo en los próximos años
Por: Mario Méndez
Quienes sin importar en qué parte del mundo se encuentren, suelen hacerse acompañar de un puro para alcanzar el placer sublime mientras ven dejar en la ceniza la huella de su existencia, tienen sobradas razones para estar muy agradecidos de la República Dominicana por la calidad de “la carne de los dioses” que produce.
Esta calidad, que se apoya en un cuidado especial de todas las etapas de cultivo, procesado y elaboración, es la que ha convertido a la República Dominicana en el productor número 1, a nivel mundial, de cigarros de primera calidad, y ha hecho de las exportaciones de tabaco el rodio de la agroindustria dominicana, compitiendo por la supremacía con las exportaciones de oro.
Solo en los últimos siete años (entre 2019 y 2023) las exportaciones de tabaco sumaron 7,042.4 millones de dólares y ascendieron de 788,9 millones de dólares en 2019 a 1,124 millones de dólares en 2023.
Y no hay razones que impidan que esta agroindustria siga creciendo, a pesar de los altos impuestos al consumo de tabaco, que pueden alcanzar hasta el 70 por ciento del precio final, y de los cambios generacionales.
Una Encuesta Global de Consumidores de Statista, realizada a principios de 2022, revela el 11% de las personas en Estados Unidos en el grupo de edad de 20 a 29 años y 16% en el grupo de edad de 30 a 39 informaron haber fumado puros al menos ocasionalmente, en comparación con 9% en 2019.
El crecimiento de las exportaciones de tabaco dominicano está asegurado en los próximos años por una mayor demanda mundial. Se estima que los ingresos en el mercado de los cigarros en todo el mundo ascendieron a 22,400 millones de dólares en el 2023 y se proyecta que crecerán a una tasa anual de 4.17% de 2023 a 2028.
Pero también está asegurada por la calidad de tabaco dominicano, que no se compra en farmacia, porque es una obra que se construye con conocimientos que se transmiten de generación en generación, por lo que la República Dominicana tiene un terreno ganado que difícilmente otros le puedan arrebatar.
El desafío para esta agroindustria está en cuidar las plantaciones de las plagas, estableciendo un cordón fitosanitario que se acerque a la invulnerabilidad, en seguir reforzando la calidad, en ampliar las áreas de cultivo y en continuar transformando a la industria para darle al producto un mayor valor agregado.
Ya la agroindustria dio un gran paso, con el lanzamiento del Fuente OpusX Reserva d’Chateau, el primer puro con materia prima 100 % local, el cual fue reconocido en diciembre pasado como «Cigarro del año 2023» por la revista estadounidense Cigar Aficionado. Pero hay mucho campo para seguir creciendo, pues el puro dominicano tiene un 30 por ciento, en promedio, de materia prima importada.
Si son asumidos con éxito esos desafíos y se asegura que una justa proporción de los ingresos de la agroindustria lleguen a los cultivadores, esta mina de rodio seguirá siendo una fuente de bienestar para la sociedad dominicana.