Los violadores deben salir del espectro

Los violadores deben salir del espectro

Marien Aristy Capitán

El tenía 51 y ella 18. Corría el año 2009 y el entonces diputado Julio Romero estaba en el vórtice de un torbellino que terminó con sus aspiraciones políticas en ese momento: Yuilmi Peguero Alcántara lo acusó de haberla “seducido” a los 16 años. Producto de esa violación, tenía un bebé de cinco meses que él no reconoció.

El caso fue destapado por Alicia Ortega, quien los entrevistó. Cuando él fue cuestionado, respondió: “sí, yo tuve una relación con ella pero no fue una relación forzosa… fue una relación de mutuo acuerdo” y se quejó de que la familia lo estaba denunciando porque se cansó de darles dinero. Finalmente, la denuncia se zanjó con un acuerdo económico.

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Las andanzas de Romero no terminan ahí puesto que hubo otras denuncias de abuso sexual. Nunca, sin embargo, fue acusado formalmente.

En lugar de ello, Romero aspiró a la alcaldía de Santo Domingo Este en el 2016 y a la diputación en el 2020. En esos tiempos era dirigente activo del Partido Revolucionario Dominicano.

Hoy la Fuerza del Pueblo, el partido del expresidente Leonel Fernández, endosa a Romero como candidato a alcalde. Aunque debería estar desterrado del espectro político, el confeso violador de una menor estará en su boleta. Es de no creer.