Lozano: alarma incremento migrantes Haití

Lozano: alarma incremento migrantes Haití

Entrevista con Wilfredo Lozano

La tasa de crecimiento de la migración haitiana es alarmante, su dimensión numérica absoluta es mayor, lo cual genera problemas importantes en el contexto de las políticas sociales, pero no es un fenómeno que se pueda decir que representa una crisis, afirmó el sociólogo Wilfredo Lozano, director del Instituto Nacional de Migración (INM).

“La migración tradicional haitiana ha tenido un peso significativo en el país, su ritmo se ha mantenido con cierta estabilidad. Hay una presencia que la gente se preocupa mucho, porque evidentemente ha crecido la migración haitiana, pero sobre todo el fenómeno más importante es la urbanización de esa inmigración, que la hace más visible”, expresó Lozano.

En ese sentido refirió que esa migración se da en un contexto de apertura democrática de la sociedad dominicana, y eso hace que que el tema forme parte del debate público.

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Por compartir una misma isla, República Dominicana es el principal destino para emigrar que tienen los haitianos, quienes abandonan su país tanto por razones económicas, como por la inestabilidad política y la inseguridad.

En el último año, tras el asesinato del presidente Jovenel Moise y el terror que imponen las bandas delictivas en la capital Puerto Príncipe, el flujo migratorio de haitianos se ha esparcido hacia otros territorios del Caribe, así como también a Suramérica, Centroamérica y Estados Unidos.

Rechazo a haitianos en RD

En la medida que se incrementa la presencia de haitianos en el país, sobre todo indocumentados, se exacerban los ánimos entre grupos nacionalistas que exigen más controles migratorios hacia esa población.

En ese sentido, Lozano expresó que esas actitudes deben ser analizadas con ecuanimidad.

“En primer lugar es la migración de mayor dimensión, viene de un país vecino pobre, entonces son migrantes pobres, y eso genera siempre sus efectos y recelos en el mundo de la economía, y los inmigrantes haitianos vienen porque alguien les da empleo y eso genera sus consecuencias económicas.

“Pero también hay los recelos tradicionales entre los dos países, porque República Dominicana se independizó primero de Haití, no de España. Pero también está el peso de la función política que ocupa el nacionalismo, el nacionalismo es una reacción política de determinados estamentos en su lucha por alcanzar el poder, es un arma política.

En cuanto a la creencia que tienen muchos de que la sociedad dominicana es racista, Lozano explicó que “En este país el Estado no es racista, hay bastante tolerancia multiétnica, pero evidentemente hay sectores de la élite política que tienen componentes no solo elitistas, conservadores, sino también racistas”.

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Migración venezolana

Después de los haitianos, que encabezan los flujos migratorios hacia República Dominicana, los inmigrantes venezolanos representan el grupo más importante de los últimos años, refirió Lozano.

El incremento de esa población en el país ha llevado al Estado dominicano a legislar un tipo de política especial para resolver los problemas de esa población en términos de su estatus migratorio, expresó el funcionario.

Al hacer el señalamiento expresó que en el país residen más de 100,000 venezolanos, a quienes había que ayudar porque Venezuela siempre ha sido un país muy solidario con República Dominicana.

La crisis económica que impactó a Venezuela, luego de la muerte del presidente Hugo Chávez, junto a un difícil proceso de transición política, empujó a los venezolanos a abandonar su país de forma masiva.

En el estudio “Promoción de medios de vida a personas venezolanas en República Dominicana”, realizado por el INM, se establece que el 64% de esa población son graduados en áreas vinculadas con la educación, la salud y la administración.

En ese informe se destaca que “La comunidad venezolana se ha incorporada de manera muy orgánica en medios de comunicación, academias, y deportes, lo que ha permitido una dinámica de convivencia entre nacionales de ambos países”.

Además se señala que esa población se favorece de una “discriminación positiva” por la preferencia de algunos a los blancos, y no hacia afrodescendientes.