Macron quiere reducir inmigración condicionando ayudas al desarrollo

Macron quiere reducir inmigración condicionando ayudas al desarrollo

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, alertó hoy de que si hay países que entorpecen el regreso de sus ciudadanos expulsados por Francia habrá una disminución de las ayudas al desarrollo y dijo que la postura “dura” con Túnez, Argelia y Marruecos ha funcionado.

“Habrás escuchado hablar bastante de la tensión con Túnez, Marruecos, Argelia, les dijimos que si no aceptasen a los expulsados, disminuiríamos los visados. Esa actitud ha funcionado porque, en dos años, hemos expulsado a 3.000 irregulares que entrañaban peligro al orden público”, dijo en una entrevista con France 2.

En ese sentido, el mandatario galo apostó también por condicionar las ayudas al desarrollo a los países que no cooperen con las expulsiones, aunque detalló que este mecanismo solo podrá funcionar si se aplica en toda la UE.

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Macron aclaró, además, que no “establece una conexión existencial entre inmigración e inseguridad”, pero resaltó que “cuando se miran los datos de la delincuencia en París, los inmigrantes ilegales están muy presentes».

Para el presidente francés, el objetivo es expulsar al «100 %” de los extranjeros más peligrosos que estén en situación irregular en Francia.

En la larga entrevista a France 2, Macron abordó también el impacto de la inflación en el poder adquisitivo, la polémica reforma de las pensiones y los desafíos del mercado de trabajo, en un contexto de tensión social y huelgas en Francia.

Abogó por distribuir mejor la riqueza que generan las empresas en el país porque, dijo, “hay millones de franceses con trabajo, pero que no viven bien de él». Por ello, pidió a los empresarios negociar con sus empleados.

“No se crea valor si no se reparte justamente, lo primero que tiene que hacer un empresa es invertir y luego distribuir (la riqueza) a accionistas y trabajadores”, incidió.

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En ese sentido, anunció que su Gobierno quiere que si una empresa aumenta el dividendo que da a los accionistas ponga en marcha un mecanismo similar para subir los salarios de los trabajadores.

El presidente francés aclaró, no obstante, que no corresponde al Estado decretar las subidas salariales porque Francia “no es una economía controlada”, y alertó de que un aumento general de sueldos sería perjudicial por los numerosos puestos de trabajo que se destruirían.

“Destruiremos millones y millones de empleos si indexamos la inflación a los salarios”, afirmó.

Además, Macron apostó por tasar a las empresas que han tenido beneficios extraordinarios en el contexto de la guerra, como las energéticas.

El gobernante presumió de que su país “protege más” que el resto en Europa, pues su inflación es menor (en torno al 6 %), que el 10 % de muchos países de la zona euro, y recordó que la subida de los precios de la electricidad y el gas ha sido amortiguada gracias al esfuerzo del Estado y de las empresas.

“El aumento para los hogares será del 15 %, pero no del 100 % como debería ser”, agregó el dirigente, quien detalló que las pymes y microempresas y pequeños ayuntamientos también estarán protegidos por el techo de aumento de precio.

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Respecto al aumento de la edad de la jubilación, Macron confirmó su necesidad en favor de la salud de las cuentas públicas y adelantó que en 2031 los franceses se retirarán a los 65 años y no a los 62.

“Como vivimos más tiempo, hay que trabajar más años”, sentenció el presidente galo, quien dijo que esa es la única alternativa si no se quieren aumentar las cotizaciones sociales o disminuir el montante de las pensiones.