Manuel Marino Miniño no solo fue laureado escritor, filósofo, compositor de música clásica, políglota, educador, sino también sensible patriota que desde 1959 reconoció el valor, el sacrificio y la inmolación de los expedicionarios del 14 de junio; la intrepidez de los constitucionalistas de abril y los afanes libertarios de Juan Pablo Duarte, quien le inspiro muchas de sus obras.
Los luchadores de Constanza, Maimón y Estero Hondo fueron recordados en su “Réquiem”, y la contienda de 1965 está reflejada en su “Suite Sinfónica Patria”. “Concertante para once instrumentos solistas y orquesta de cuerdas” fue dedicada al Padre de la Patria. Miniño sería, años después,designado presidente del Instituto Duartiano.
Su nacionalismo se expresa, además, en la misa que compuso para el acto de inauguración de la basílica Nuestra Señora de La Altagracia en Higüey, el 21 de enero de 1971.
Miniño se distinguió, también, como maestro, autor de los libros de texto “Nociones elementales de música” y “Teoría y práctica de la música”. Era catedrático de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y fue profesor de armonía en el Conservatorio Nacional de Música, del que fue director.
Era en extremo productivo en su variado quehacer: autor “de más de 300 obras musicales, cinco teatrales, doce cuentos, 600 artículos periodísticos y dos novelas cortas inéditas”, resumidos en el primer tomo de “Personalidades dominicanas”, por Rafael Molina Morillo, en 1993. Empero, después de esa fecha, Miniño seguiría escribiendo y componiendo.
Preparaba un texto “con la fusión de los cuatro evangelios sinópticos para la obra que siempre ha deseado escribir -Pasión y Resurrección de Cristo- y aun cuando no ha decidido la forma definitiva que le dará, presiente que será de grandes proporciones”, publicó Arístides Incháustegui en “Por amor al arte”.
Estudios y otras funciones. Ocupó las posiciones de director general de Bellas Artes y fue secretario de las embajadas dominicanas en París, Roma y Bruselas.
Manuel Marino comenzó a estudiar solfeo y teoría a los nueve años de edad. A los 11 recibió nociones de violín con Gabriel del Orbe, y estudió armonía con el director de orquesta italiano Roberto Caggiano, que luego amplió con Manuel Simó.
Hizo estudios de didáctica del contrapunto y fuga en la Academia Santa Cecilia, de Roma, con el profesor Alfredo di Ninno. Sus primeras obras fueron para violín y piano.
Escribía y componía desde los 17 años. En 1958 ganó el “primer premio nacional para obra sinfónica con solista y orquesta, con la “Oración de la novia”, que estrenó la Orquesta Sinfónica Nacional bajo su batuta”.
Miniño fue Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33 de la jurisdicción masónica de la República Dominicana. Probablemente por esta condición escribió en 1960 su “Sinfonía masónica”, también estrenada por la Sinfónica, dirigida por Simó.
“El sentido místico de la masonería y las enseñanzas de Cristo le han inspirado temas de profunda espiritualidad”, significó Incháustegui en “Vida musical dominicana 1966-1996”.
Otras de sus obras son “Concerto grosso”, “Suite de danzas españolas antiguas”, “Presencia del ángel”, “Nocturno”, “Dominicana” … Creó canciones con textos de Franklin Mieses Burgos y Pompilio Brower.
Aparte de los libros citados publicó “¿Es el vudú una religión? El vudú dominicano” y otros sobre facetas de Juan Pablo Duarte.
Obtuvo el primer premio de composición con la obra “Sinfónica con solista”; el primer premio en los Juegos Florales Altagracianos, así como los premios “El Dorado y Talía de Plata”.
Hablaba español, inglés, francés, italiano.
“Sin convencionalismos”. Manuel Marino de Jesús nació en Baní el dos de enero de 1930, hijo del doctor José Antonio Miniño Baher y Gilda Marion Landais Lluberes. Estuvo casado con Miriam Altagracia Brea Cruz, madre de sus hijos Martha Euridyce, Rosa Natalia y Manuel Francisco. Falleció en Santo Domingo el siete de septiembre de 1996.
Arístides Inchaustegui describió la obra de Miniño como “sincera y sin convencionalismos. Las libertades que se toma están basadas en un vasto conocimiento de la disciplina clásica. Para expresar sus estados anímicos hace uso de todas las tendencias musicales”.
La calle
El 29 de agosto de 2003 fue designada con el nombre de Manuel Marino Miniño la antigua calle “L” del sector Altos de Arroyo Hondo. Aún no ha sido rotulada.