En Marruecos, el más reciente reporte de las autoridades marroquíes contabiliza 1,034 muertos y 1,200 heridos, así como más de una centena de desaparecidos, tras el potente terremoto de magnitud 7.2 registrado la noche del viernes.
Las ayudas internacionales han comenzado a llegar y bomberos españoles se encuentran ya en Marruecos, brindando asistencia en las labores de búsqueda y rescate de víctimas que hasta el momento va en aumento.
Desde ya, el seísmo ha sido el más mortífero de los últimos 120 años en el país medio oriental y las autoridades lo han descrito como una tragedia inimaginable.
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Cientos de edificaciones fueron derrumbadas por completo y se teme lo peor pueda estar debajo de los escombros, mientras se agiliza la búsqueda de personas a contra reloj.
De los 1,200 fallecidos, al menos 721 se encuentran graves y reciben atenciones medicas en diversos centros de salud, por la situación que ha generado además caos en estas instalaciones, por la excesiva demanda de atenciones médicas.
El terremoto tuvo su epicentro en la localidad de Ighil, situada unos 80 kilómetros al suroeste de Marrakech, capital de Marruecos y con una profundidad de 8 kilómetros.