La República Dominicana es hoy en día el principal destino turístico de la región del Caribe. Desde finales de los años 60 del siglo pasado nuestro país ha trabajado intensamente para convertirse en un importante punto de atracción turística. El impulso inicial comenzó con la creación de Infratur, en la Gobernación de don Diógenes Fernández, y con la tenacidad y la visión de don Angel Miolán. En esos tiempos éramos una nación esencialmente agrícola. Unos querían convertirla en un país industrial y del otro lado estaban quienes veían en nuestra hermosura tropical las condiciones para desarrollar el turismo. Sin escoger el modelo económico definitivo, se trabajó en ambas líneas. Hoy, muchos años después, el turismo es el motor de la economía dominicana. Y nos queda mucho futuro. Para conseguirlo se ha trabajado intensamente y de manera constante: empresarios extranjeros, empresarios locales, generosidades del Estado, sacrificios de las provincias y municipios que albergan la hotelería y nuestras riquezas naturales han hecho posible el fenómeno que todos celebramos. Pero falta algo más. Falta una visión que trascienda los polos turísticos. Es necesario que todos los sectores envueltos en esta industria vean y piensen más allá de los denominados polos turísticos. Hay que ver y pensar en toda la República Dominicana como un destino turístico.
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Si lo hacemos así, entonces los logros serán mayores, tanto en lo económico como en lo social. ¿Qué necesitamos, pues? Necesitamos poner el país en condiciones adecuadas para que quienes nos visitan, los turistas, se sientan bien más allá de las playas, más allá de los hoteles, más allá de las montañas y de los ríos. Necesitamos un país con sus avenidas, calles y carreteras más limpias, con menos basura. Necesitamos un tránsito ordenado e iluminado, en las carreteras y en las ciudades, un tránsito que no ponga en peligro la vida de las personas. Necesitamos orden en las ciudades y servicios hospitalarios eficientes, seguros y asequibles. Un país turístico necesita prepararse para serlo.