La mente gobierna el cuerpo, la vida y nuestras acciones; por eso es muy importante mantener una actitud positiva y fuerte que nos lleve a querer crecer y a superarnos cada día.
La habilidad de ser fuerte mentalmente se desarrolla, se aprende y se perfecciona permanentemente, solo debemos tener la disposición de querer lograr esa fortaleza.
Una persona exitosa por lo regular ha tenido que pasar por muchas situaciones difíciles, las mismas que quizás atravesó aquel que fracasó; la diferencia estuvo en que el exitoso sobrepasó la adversidad a fuerza de voluntad.
Para alcanzar las metas y los sueños no basta solo con la inteligencia cognitiva y emocional, ni siquiera con los conocimientos; también hace falta tener esa fuerza de voluntad que gobierna nuestra mente y que nos hace fortalecernos aún en las peores circunstancias.
Para desarrollar una mentalidad fuerte, es necesario trabajar la autoconfianza, la autoestima y la seguridad en nosotros mismos, éste será un motor que nos impulsará a la acción y nos dará la resistencia necesaria cuando vengan vientos de adversidad a nuestras vidas.
La capacidad de tener una fuerza mental para superar las adversidades, dificultades y/o situaciones, se desarrolla desde la primera infancia, a través de un entorno familiar que facilite la toma de decisiones, la fortaleza y la superación.
Cómo desarrollar una mentalidad fuerte
- Aprende a gestionar tus emociones y a tener el control de tus sentimientos, dominarlos y autorregularlos te darán las destrezas necesarias para superar los problemas de la vida.
- Maneja de forma asertiva y efectiva tus sentimientos, esto te ayudará a resolver conflictos y situaciones del día a día.
- Mantén el control de tu estado de anímico, evitando llegar al desborde de las emociones.
- Desarrolla una actitud de perseverancia, tolerancia y resiliencia; esto te dará la fuerza necesaria para manejarte frente a las decepciones y frustraciones.
- Vence los miedos y temores, sobre todo los que frenan o paralizan tus acciones. Quitar las barreras del temor hará que sea más difícil caerte y más fácil aprender a levantarte.
- Reconoce y agradece lo bueno en tu vida. Tener un corazón agradecido fortalecerá tu lado positivo y te inyectará fortaleza para continuar.
- Cundo vengan situaciones difíciles, respira, cálmate y no te abatas frente a las dificultades; por el contrario enfréntalas con todas tus fortalezas para poder superarlas.
- Emplea tus fuerzas en lo que te dará frutos de bendición, no desperdicie tu energía.
- Nunca te apoyes en la autocompasión, agradece lo que tienes en vez de lamentarte por lo que te falta.
- Mira las adversidades y/o dificultades como oportunidad para mejorar y crecer.
- Aférrate a tus habilidades y fortalezas.
- Trabaja en lo que puede cambiar y acepta lo que no puedes.
- Anticipas los obstáculos; cuando podemos ver las dificultades y prevenirlas puede ser más fácil resolver los conflictos.
- Mide los riesgos, pero no tengas temor a equivocarte.
- Trabaja en tener una rutina, mantén una actitud disciplinada y enfocándote en tus metas.