Thomas McDonald, un prominente filántropo y exempresario, ha dedicado los últimos años a mejorar el sistema educativo en República Dominicana a través del Global Education Center, fundado junto a su esposa, Ramona. Su misión ha sido clara: elevar el nivel de educación en el país para potenciar el desarrollo económico y social.

McDonald explica que su motivación para establecer el Global Education Center surgió del deseo de retribuirle al país, donde él y su socio construyeron una exitosa empresa. «Encontré trabajadores muy capacitados aquí y quise devolver algo a la comunidad. Creemos que una educación de alta calidad no solo beneficia a los individuos, sino que también eleva el nivel de vida en todo el país. Un mejor sistema educativo puede atraer más negocios y generar más empleos» afirma McDonald. Están enfocados en construir el programa a través de personas como Jacqueline Malagón y otros para encontrar la mejor manera de contribuir a elevar la educación y la formación en el país.

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De empresario a filántropo

A los 75 años, McDonald decidió retirarse del mundo empresarial para centrarse en la filantropía educativa junto a la Universidad de Mercer. Reflexiona sobre su transición: «La educación es fundamental en todas las áreas de la vida. No importa el sector en el que estés, una educación sólida es esencial”.

Colaboración con Mercer

El vínculo con la Universidad Mercer comenzó a través de la relación de su esposa con la institución. «El presidente de Mercer ha estado comprometido con el impacto global y su interés en trabajar en la República Dominicana nos permitió desarrollar un programa educativo robusto», explica McDonald. La universidad ha ayudado a crear módulos de capacitación para maestros y a adaptar métodos educativos exitosos de otras naciones.

Método de aprendizaje

El núcleo del programa se centra en capacitar a los maestros para que sean más efectivos en el aula. McDonald describe el enfoque: «El objetivo es que los maestros maximicen el tiempo de enseñanza para asegurar que los estudiantes aprendan de manera efectiva. En lugar de medir el éxito por períodos de tiempo, buscamos que los maestros establezcan objetivos diarios claros para el aprendizaje de sus estudiantes.»

El método incorpora estrategias pedagógicas activas que fomentan la participación de los estudiantes. «Es importante involucrar a los niños en el proceso de aprendizaje. Cuando los estudiantes están activos y comprometidos, su aprendizaje se profundiza significativamente,» señala McDonald.

Capacitación y adaptación

La implementación del método en las escuelas incluye sesiones de capacitación intensivas para educadores. Durante un taller reciente en San Pedro de Macorís e Higüey se implementaron técnicas interactivas y prácticas para involucrar a los estudiantes. «Los maestros aprendieron a aplicar los métodos en sus aulas, de manera que muchos comenzarán a ver mejoras en la enseñanza y en la respuesta de los estudiantes de inmediato» dice McDonald.

Además, el programa ha evolucionado con el tiempo para adaptarse a las necesidades locales. «Hemos recopilado retroalimentación y realizado modificaciones continuas. Estamos comprometidos con el aprendizaje constante y la mejora de nuestras prácticas,» asegura.

McDonald atestigua aumentos en las puntuaciones de pruebas y mejoras en el rendimiento estudiantil. El reto sigue siendo expandir el alcance del programa con recursos limitados.