» A principios de la década de 1970, me desperté atada de pies y manos a una cama mientras escuchaba una cinta que decía que los extraterrestres se habían apoderado de todo y que para salvar su planeta, debía conocer a un hombre y tener un hijo con él.
Así inicia la historia de Jan Broberg, una mujer que narra como a sus 12 años fue drogada, secuestrada y abusada sexualmente por Robert Berchtold, el amigo de confianza de la familia.
«El mensaje decía: ‘Irás a la parte delantera de la casa rodante y conocerás a tu compañero’.
«En las cintas me llamaban todo el tiempo ‘la compañera’. Me levanto y, ¿quién está tumbado en el pequeño sofá de la caravana? Robert Berchtold», recuerda.
Aunque parezca increíble, Berchtold usaría esta intrincada historia para controlar a Jan y lavarle el cerebro durante los siguientes cuatro años.
«Literalmente hice todo lo que [los extraterrestres] me dijeron que hiciera, porque amenazaron con llevarse a mi hermana pequeña si no cumplía la misión», recuerda.
En los meses previos a su secuestro, había convencido tanto a la madre de Jan como a su padre de tener relaciones sexuales con él.
Eso significaba que podía chantajearlos a ambos para firmar declaraciones juradas de que tenía permiso para llevarse a Jan a México.
Cuando Jan fue secuestrada, sus padres no podían creer que Berchtold quisiera hacerle daño, ya que este hombre acudía regularmente a la iglesia y era un pilar de la comunidad.
Jan presentó cargos de acoso contra él y finalmente se enfrentó a su violador en el tribunal.
Pero se suicidó antes de que pudiera ser sentenciado.
Hoy en día, su historia se cuenta en el documental de Netflix «Secuestrada a plena vista» (Abducted in Plain Sight).