Mi Ángel de la Guarda

Mi Ángel de la Guarda

Tiberio Castellanos

Estoy buscando en La Biblia alguna información sobre El Ángel de la Guarda. En una pequeña sección de mi biblia, Nueva Biblia Española, texto del año 1975, en una pequeña sección denominada Vocabulario Biblico-teológico encuentro lo siguiente: Ángel. El término hebreo (y su traducción griega) significan mensajero. Dios puede tomar como mensajeros los vientos (Sal 104,4), el Rey puede aparecer como mensajero de Dios (2 Sm 14,17); puede confundirse con un profeta (Jue 13,6).

En sentido técnico, «el ángel del Señor» aparece unas veces simplemente como la manifestación del Señor, otras como ser intermedio. En un contexto se puede decir que el Señor habla y que su ángel se aparece; así se evita decir que Dios mismo se aparece (cf. Jue 6,12ss). Domina la función el mensajero, pero también puede ejecutar órdenes (por ejemplo, 2 Re 19,35); es protector (Sal 91) o vengador (2 Sm 24).

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Bueno, como mi interés es en cierto modo limitado, no hablaremos aquí de los tres muy conocidos ángeles, Miguel, siempre con su espada en la mano, Rafael, y quizás el más mentado, Gabriel, «El Ángel del Señor anunció a María… y concibió por obra del Espíritu Santo«. En mi casa se mencionaba mucho a Gabriel. Era el nombre de mi papá y el de mi hermano, difuntos. Esto además del rezo diario del Ángelus.

Pero el tema de esta descarga es exclusivamente Mi Ángel de la Guarda. Que, en cierto modo, podría decir también tu Ángel de la Guarda. Y como no he visto información alguna sobre este tema estoy calculando que este ángel debe tener alguna relación con la creación del hombre.

«Y dijo Dios:

Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que ellos dominen los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos y todos los reptiles.

Y creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.

Y los bendijo Dios».

Yo no sé qué piensas tú, pero a mí me impresiona mucho esto de: «A imagen de Dios lo creó».

Y no me parece imposible que en el largo camino que yo he recorrido (entre otros riesgos: tres meses en una cárcel de Trujillo, dos meses en La Cabaña, ya sin el Ché, por cierto. Y unas breves horas con unos policías de Batista), siempre haya estado ahí cuidando mi espalda.

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