El minimalismo cálido es una de las tendencias decorativa más aplaudidas del momento por una simple y sencilla razón: tiene un poder único para transmitir verdadera relajación y conectarnos con lo natural.
El ascenso de esta nueva faceta del menos es más en el interiorismo tiene mucho sentido en tiempos en los que las agendas de vértigo y la hiperdigitalidad llaman más que nunca a tener espacios realmente acogedores, libres de ruido visual y que permitan la verdadera desconexión.
Puede leer: El lenguaje universal de la gastronomía


Manual del estilo
Para esta decoración se utilizan: maderas en tonos claros. Lo que predomina es la madera por su calidez.
La mayoría son colores muy suaves y luminosos y en un acabado liso y tratado que aporta modernidad y sencillez.
Las piezas en maderas brutas no son tan habituales en muebles de gran tamaño. Quizá puede aparecer en una pieza concreta como un taburete o una mesa auxiliar, por la vinculación con la naturaleza que aporta.
Para acertar con el minimalismo cálido opta por muebles que se combinen en blanco (madera teñida o laca) y madera clara.
Revestimientos
Paredes y suelos ganan en textura en esta tendencia siempre con la apariencia de sencillez, de ser elementos que tienen mucho peso decorativo pero que intentan pasar inadvertidos. Además de madera en color natural o blanqueada, los suelos en cemento blanqueado son perfectos para lucir más tarde con una confortable alfombra encima. En las paredes también algo de textura con papeles que sin motivos serigrafiados, estampados o dibujados.
Colores
Una gama de colores muy natural. Cercana a la tierra y a la luz. Blancos, tierras, beis, arenas… algún gris pero en menor medida. Se combinan entre ellos para crear un ambiente muy relajante y vinculado con la naturaleza.