Primitivo Cadete 
Aquí se observa la clase 2022: Bud Fowler, Jim Kaat, Tony Oliva, David Ortiz, Sharon Minoso, Angela Terry, John Jordan O'Neil e Irene Hodges /Carlos Alonzo.
Con la expresión “que viva la República Dominicana” concluyó su discurso el dominicano David Ortiz, cariñosamente conocido como el “Big” Papi”, en el marco de su inducción en el nicho de los inmortales del béisbol de Estados Unidos en Cooperstown.
La tarde de domingo, Ortiz vio premiado su histórico recorrido por el béisbol de Las Mayores con su exaltación al Salón de la Fama y vitoreado por una gran cantidad de sus seguidores, muchos de los cuales portaban la bandera dominicana.
El histórico acontecimiento se produjo en una emotiva ceremonia, en la que el himno nacional de Estados Unidos fue entonado por la hija mayor del “Big Papi”, Alexandra Ortiz. Junto a David también fueron inmortalizados Buck O’Neil, Minnie Miñoso, Tony Oliva, Gil Hodges, Jim Kaat y Bud Fowler, todos seleccionados por los comités de las eras del béisbol.
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El veterano bateador de los Medias Rojas fue elegido al Salón de la Fama, en su primer intento en enero, por la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos.
Ortiz, 10 veces seleccionado al Juego de Estrellas de las Grandes Ligas durante 20 temporadas, la mayoría con Boston, fue elegido en el 77,9 por ciento de las papeletas, justo por encima del umbral del 75% necesario para su inducción. Es el 58vo jugador elegido en su primer año en la votación.
Ortiz, de 46 años, es el cuarto miembro del Salón de la Fama nacido en la República Dominicana. Se une a Juan Marichal, Pedro Martínez y Vladimir Guerrero. Ortiz será consagrado el 24 de julio junto a Buck O’Neil, Minnie Miñoso, Gil Hodges, Tony Oliva, Jim Kaat y Bud Fowler, quienes fueron seleccionados por el comité de veteranos.
El dominicano tuvo un promedio de bateo de .286 y conectó 541 jonrones con 1.768 carreras impulsadas jugando para Boston y Minnesota.
Los fanáticos enloquecieorn de la alegría en Cooperstown.
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David habló desde el corazón
Feliz
David Ortiz prometió que iba a hablar con el corazón. «Big Papi» cumplió. Con su radiante sonrisa y desborbado por la emoción, el ex toletero de los Medias Rojas de Boston fue exaltado el domingo al Salón de la Fama – en una ceremonia en la que su hija Alexandra cantó el himno de Estados Unidos.
Funcionarios de R.D. orgullosos de ver exaltado a Ortiz. «No hay nada que se compare a esto», proclamó Ortiz, el cuarto pelotero dominicano con una placa en el museo de las leyendas del béisbol en Cooperstown.
Cuando subió a la tarima para su discurso en una soleada tarde, Ortiz apuntó hacia el cielo, el mismo gesto para sus momentos especiales para rendir tributo a su extinta madre que falleció hace dos décadas en un accidente automovilístico. «Quiero agradecer a Dios por darme la oportunidad de estar aquí”, dijo feliz.
