ILIGAN. Trece marines filipinos fallecieron en los intensos combates contra los extremistas islámicos que mantienen sitiada la ciudad de Marawi, en el sur de Filipinas, desde hace casi un mes, dijo el ejército el sábado. Esta es la jornada con más bajas entre las tropas gubernamentales desde el inicio del conflicto.
Cuando comenzó el enfrentamiento el viernes, los marines realizaban una búsqueda puerta por puerta de insurgentes aliados con el grupo extremista Estado Islámico que siguen ocupando partes de Marawi, explicó el teniente coronel Jo-ar Herrera, portavoz de la 1ra División de Infantería del ejército filipino.
Unos 30 o 40 insurgentes emplearon a civiles como escudos humanos, complicando las operaciones de los soldados, y se situaron en las muchas mezquitas de la ciudad, señaló el vocero agregando que otros 40 marines resultaron heridos.
Según cifras previas del gobierno, los combates por la ciudad se habían cobrado la vida de 20 civiles, 134 insurgentes y 39 miembros de las fuerzas de seguridad. Cientos de miles de personas huyeron de Marawi y partes de la ciudad quedaron reducidas a escombros a consecuencia de los combates y los ataques aéreos para expulsar a los rebeldes.
“Este revés temporal no ha disminuido ni un poco nuestra resolución”, declaró el portavoz del ejército, el coronel Edgard Arevalo. “En su lugar, aumentó nuestra determinación para continuar con nuestros prudentes avances para neutralizar al enemigo, salvar las vidas de los inocentes atrapados en la batalla, y fijar las condiciones para la rehabilitación y reconstrucción de Marawi”.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, declaró la ley marcial en la región de Mindanao, en el tercio sur del país, donde desde hace décadas se libra una rebelión separatista musulmana.