La trágica muerte del correcto y afable general mexicano Mario Saúl López Miguez, agregado militar de la nación azteca en el país, pudo evitarse como han podido evitarse las decenas de accidentes acontecidos en una de las más hermosas avenidas turísticas del Caribe donde, además de los huéspedes de los grandes hoteles y torres privadas, concurren miles de dominicanos que buscan refrescarse, ejercitarse o compartir en familia, en las plazas y espacios remozados por la pasada gestión municipal.
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Desde la gestión de Roberto Salcedo, he abogado para que en la referida avenida se coloquen reductores de velocidad con semáforos intermitentes acompañados por agentes de tránsito que obliguen a los conductores a detenerse en los momentos en que los peatones necesiten cruzar a la calzada sur del Malecón, actividad que deben realizarla bajo alto riesgo debido a la falta de cortesía de la mayoría de los conductores que confunden la hermosa vía con una pista de competencia los siete días de la semana y a todas horas del día y la noche.
Esperamos que la alcaldesa Carolina Mejía y la Sala Capitular, ponderen estas sugerencias, que buscan garantizar la integridad física de los miles de dominicanos y extranjeros que frecuentan nuestra hermosa avenida George Washington.