Un debutante olímpico y uno de los mejores jugadores de la historia, una leyenda en Roland Garros, estatua incluida, fija en la puerta principal del recinto.
Un saludo, una fotografía, esperada, buscada, de Rafael Nadal y Carlos Alcaraz juntos, en la puerta de salida de la pista Philippe Chatrier, después de que el balear echara el cierre a su primera sesión preparatoria en París 2024, puso el colofón a la jornada inicial de entrenamientos del equipo español de tenis en los Juegos Olímpicos.
A la espera de los caminos que trace el sorteo del cuadro, el jueves por la mañana, y de las últimas prácticas antes del arranque del evento, el sábado, un día después de la ceremonia inaugural, Rafael Nadal y Carlos Alcaraz, principales aspirantes al éxito y grandes reclamos mediáticos de la expedición deportiva española en Francia iniciaron la puesta a punto en las instalaciones de Roland Garros.
No se ejercitaron juntos, pero ambos coincidieron en los entrenamientos de uno y otro. Entró en acción primero el murciano que a los veintiún años va a disfrutar de su estreno olímpico. Además, como gran candidato al éxito, con el impulso y la dinámica reciente de sus últimos logros. Con la flecha hacia arriba después de reinar en Roland Garros primero y en Wimbledon después.
Se ejercitó durante casi dos horas el número tres del mundo, que compartió pista con Pablo Carreño. El asturiano aprovechó su ranking protegido para ser incluido en la lista olímpica del equipo que capitanea David Ferrer. Sin embargo, recientemente rechazó disputar los individuales y solo jugará el torneo de dobles con Marcel Granollers. Su puesto lo ocupó Pedro Martínez.
Se entrenaba Alcaraz y en uno de los fondos, apoyado en una de las vallas, seguía sus evoluciones Nadal, que entró en acción más tarde. Atento, el seleccionador, David Ferrer.
Horas más tarde el turno fue para el balear. El ganador de veintidós Grand Slam, catorce de ellos en Roland Garros.