Nicolás Maduro dice que la ayuda humanitaria debería ser destinada a la ciudad colombiana de Cúcuta

Nicolás Maduro dice que la ayuda humanitaria debería ser destinada a  la ciudad colombiana de Cúcuta

Caracas.- El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dijo este viernes que las ayudas que se acopian en la ciudad colombiana de Cúcuta para paliar la crisis en su país deberían quedarse en esa urbe fronteriza, pues “tiene bastante necesidad” y “pobreza».

“Toda esa ayuda humanitaria agárrenla y se la dan al pueblo de Cúcuta que tiene bastante necesidad, 70 % de pobreza hay en el Norte de Santander, hay en Cúcuta”, dijo Maduro en una rueda de prensa que ofreció desde el palacio presidencial de Miraflores.

Ayer jueves varios camiones con ayudas destinadas a Venezuela llegaron a Cúcuta, aunque aún se desconoce cuándo podrán ser entregadas.

La oposición, que desconoce el nuevo mandato que juró Maduro el pasado 10 de enero, solicitó el ingreso de estos apoyos para atender a los “más vulnerables».

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Pero Maduro, que niega que en el país exista una crisis y rechaza recibir las ayudas, señaló este viernes que los insumos -en su mayoría alimentos- son un “regalo podrido».

“La corriente que han impuesto en los medios del mundo es que Maduro se niega a la ayuda, al regalo, al obsequio”, dijo antes de apuntar- “Es un regalo podrido, es un paquete tramposo, el paquete es muy bonito por fuera, pero por dentro trae el veneno de la humillación».

En ese sentido, indicó que Venezuela tiene “dineros bloqueados» por el orden de los 10.000 millones de dólares en varias instituciones financieras del mundo, y que estos recursos servirían para garantizar “ampliamente todo lo que necesita el pueblo».

“Si quisieran ayudar deberían cesar todas las sanciones económicas, la persecución financiera, debería cesar el bloqueo económico que nos roba 10.000 millones de dólares”, señaló. “Un país no se desarrolla con migajas y mendicidad, esa es la verdad y lo decimos con dignidad”, insistió.

Esto ocurre en medio de la crisis de gobernabilidad que se disparó en enero cuando Maduro juró su nuevo mandato y el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, se adjudicó las funciones de presidente interino, un acto que el chavismo rechazó y calificó como un intento de golpe de Estado.