Y como volvió a suceder, volveremos a escuchar a las dirigencias de los partidos haciendo gárgaras, inventando mil y una excusas y explicaciones para tratar de justificar su falta de controles efectivos para evitar la infiltración del narcotráfico.
Hablo de la Operación Falcón, como habrán sospechado, que según las autoridades es el caso mas grande de narcotráfico y lavado de activos que hemos tenido en el país. Los datos ofrecidos lo confirman: 50 mil millones de pesos en bienes ocupados, incluidas tres “bombas” de gasolina, tres condominios en Santiago, tres “dealers”, varios apartamentos y villas en Punta Cana, 20 vehículos de alta gama, y tantos dólares en efectivo que Yeni Berenice Reynoso, Directora de Persecución de la Procuraduría, califica la cantidad de exorbitante.
Doce personas fueron apresadas acusadas de pertenecer a la red criminal, entre ellas el titular de la Dirección General de Comunidad Digna, Juan Maldonado Castro, de inmediato suspendido en el cargo por el presidente Luis Abinader, mientras se investiga al diputado del PRD Héctor Darío Féliz Féliz, acusado de ayudar a evadir la persecución a uno de los acusados, pero no fue apresado junto al perseguido que llevaba en su vehículo oficial porque lo protege su inmunidad parlamentaria.
Hasta el momento de escribir esta columna el PRD no se había pronunciado sobre las acusaciones a Feliz Feliz, y parece que con la advertencia del presidente Abinader de que en su gobierno no habrá “vacas sagradas” el PRM dará por zanjado el caso.
Pero solo hasta el próximo escándalo, pues las organizaciones políticas y sus dirigencias siguen sin dar señales claras de que les interesa evitar que la narcopolítica continúe ganando espacios en el sistema de partidos, para terminar destruyéndolo.