Cómo se explica si Jesús dividió la historia y hasta se calcula el año nuevo a partir de su nacimiento hay quienes aún digan que era uno más de los profetas antiguos? El apóstol Pablo era un intelectual, abogado, político, conocedor de la ley, celoso de la tradición religiosa. Pero una vez conoció a Jesús, se dedicó a predicar que Jesús es el Cristo. (Hechos 9:20).
El Cristo significa que es el Hijo del Dios viviente, como dijera Pedro cuando Jesús le preguntó quién dice la gente que yo soy. Y Jesús también le dijo: no te lo revelo carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. (Mateo 16:16-17).
Y para recibir esa revelación, se necesita de la fe, que es la certeza de lo que se espera, y una convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1) El que dice que tiene fe en Dios, y no en Jesucristo, debe revisarse.
La fe es confiar en que el Dios Padre se llama Jehová, el mismo que se le reveló a Moisés cuando estaba en el desierto pastoreando ovejas. Y cuando fue enviado ante el faraón, con un mensaje de Dios.
Si Jesús es el Cristo entonces no era “uno más” entre al menos dos docenas de profetas y de mesías judíos, como todavía hoy afirma algún historiador y novelista español.
Pero resulta que hubo otro intelectual, importantísimo, llamado Nicodemo, pero que fue sabio, y se consideró que no sabía nada, no se consideró soberbio, no dijo yo soy incrédulo. El verdadero intelectual abre el camino al conocimiento científico y al que viene del cielo, por revelación de Dios. Resulta que era miembro del llamado sanedrín, un grupo de poderosos intelectuales de la época, al igual que Pablo. Una vez se le acercó a Jesús a preguntarle cómo hacía tantos milagros, si nadie podía hacer esas señales si no está Dios con él. Y Jesús le dijo: Os es necesario nacer de nuevo. (Juan 3:7-8). En otras palabras, hay que ser perdonado de todo pecado, lo que permite recibir sanidad física y espiritual. Y ese nuevo nacimiento proviene del arrepentimiento y la aceptación de Jesús como Señor y Salvador. No hay otro camino de llegar al cielo ni al Padre, sino por medio de Jesús.
Estuvo físicamente en la tierra. Es el único que murió y resucitó. Y ascendió al cielo. Y entonces envió el Espíritu Santo, la otra persona de la trinidad de Dios, para todo aquel que lo recibe de todo corazón. Por eso, la mejor Navidad y el mejor año nuevo es recibir la luz de Cristo, el Hijo de Dios, y permitir al Espíritu Santo que obre en cada vida. Aunque se fue, envió el Espíritu de Cristo, a toda persona de fe. Y por eso, dijo: Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo. (Mateo 28:20) Por eso, Jesucristo no es uno más, es único.