La ciudad de Nueva York busca lugares para ubicar a los miles de nuevos inmigrantes que se espera puedan arribar a la ciudad al vencer este miércoles el Título 42, que ha permitido las deportaciones “express”, en momentos en que la ciudad no puede continuar afrontando la carga económica que ello ha conllevado.
“Sabemos que esto es una emergencia. No sabemos lo que va a pasar día a día en Port Authority (nombre de la estación de autobuses). Por lo general, lo sabemos con 24 horas de anticipación, tal vez 36 horas (sobre el arribo)”, dijo el comisionado de la Oficina de gestión de emergencias, Zachary Iscol, que participó este lunes en audiencias públicas del Concejo que evalúa la emergencia migratoria que enfrenta la ciudad.
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Zachary contestó con un “no sabemos” al tiempo que la ciudad puede resistir esta presión económica sin la ayuda del Gobierno estatal o federal, como ha reclamado el alcalde Eric Adams.
El alcalde reclamó nuevamente el domingo “ayuda urgente” al Gobierno federal y estatal, a los que acusó de haber “mayormente ignorado” las peticiones de apoyo hechas hasta ahora, tras la llegada de más de 31.000 inmigrantes (la mayoría venezolanos con niños) 20.000 de los cuales están en albergues públicos, a los que se brinda servicios sociales y legales, sufragados por la ciudad.
Igualmente señaló que ante la reanudación del flujo que podría haber, evalúan junto con organizaciones con las que trabajan, nuevos lugares para elegir los más aptos para ubicar a estas personas.
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“La afluencia de solicitantes de asilo que buscan refugio en la ciudad sigue siendo una tarea desafiante y un gran ejemplo de colaboración entre las agencias de la ciudad”, indicó.
“Ahora tenemos otra afluencia que podría hacer necesaria otra instalación como Randalls, especialmente si no recibimos ayuda adicional del estado o federal”, dijo Iscol al referirse a un albergue para hombres que fue ubicado y cerrado al poco tiempo en la Isla de Randall en Manhattan.
Zachary fue cuestionado varias veces sobre por qué la instalación de Randall, que antes se había comenzado a instalar en una playa de El Bronx y fue reubicada antes incluso de abrir, había sido desmantelada, tras suponer un coste de 650.000 dólares.
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“Nuestra agencia, junto con nuestros otros socios de la ciudad, ahora han examinado más de 100 ubicaciones en toda la ciudad. El hecho es que no hay muchos lugares en la ciudad donde tengas el tipo de espacio que necesitas para trabajar con miles de personas”, afirmó.
Más de 31.000 inmigrantes han llegado a Nueva York desde el pasado verano, y de acuerdo con el Ayuntamiento se espera una llegada masiva.