Por: Dra. Claritza Pimentel, Nutrióloga Clínica Oncológica/@dra.vida
Aunque no existe una «dieta específica» para el cáncer de mama, una alimentación equilibrada y flexible puede ayudar a reducir el riesgo de recurrencia, mejorar la calidad de vida durante el tratamiento y evitar complicaciones. A pesar del marketing que promueve dietas milagrosas, la clave está en una dieta saludable adaptada a cada persona.
El principal objetivo del abordaje nutricional en el cáncer de mama es preservar la masa muscular. La pérdida de masa muscular, o sarcopenia, es común en pacientes oncológicos, afectando su fuerza física y reduciendo su calidad de vida. La sarcopenia puede presentarse incluso en personas con sobrepeso, lo que se conoce como obesidad sarcopénica.
El cáncer y sus tratamientos suelen afectar el gusto, el olfato y el apetito, dificultando la absorción de nutrientes y aumentando el riesgo de desnutrición. La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la desnutrición puede estar presente en hasta el 70% de los pacientes oncológicos al momento del diagnóstico, y se estima que hasta un 20% de las muertes en estos casos son causadas directamente por la malnutrición y no por el cáncer en sí.
Alimentos y patrones dietéticos recomendados
- Dieta mediterránea: Este patrón alimentario, que incluye frutas, verduras, legumbres, granos integrales, pescados y grasas saludables, ha demostrado beneficios para reducir el riesgo de cáncer de mama, especialmente en mujeres menopáusicas.
- Frutas y vegetales: Aportan antioxidantes que fortalecen el sistema inmunitario y reducen el estrés oxidativo, factores clave para los pacientes en tratamiento.
- Legumbres y granos: Estos alimentos contribuyen a una buena salud digestiva, regulan el entorno hormonal y alimentan la microbiota intestinal, aspectos importantes en la prevención y tratamiento del cáncer.
- Grasas saludables: Presentes en pescados, frutos secos y aceites como el de oliva o aguacate, ayudan a regular el metabolismo. Los ácidos grasos omega 3 tienen propiedades antiinflamatorias. Algunos ejemplos son pescados azules como el salmón y sardina, huevos, frutos secos, aceite oliva o de aguacate.
- Proteínas: Las carnes magras, pescados y fuentes vegetales como la espinaca son fundamentales para mantener la masa muscular y la fuerza física.
Es esencial evitar los alimentos ultraprocesados, ricos en grasas saturadas y azúcares añadidos, que pueden aumentar el riesgo de cáncer y dificultar la recuperación. Además, combinar una buena alimentación con ejercicio, especialmente cardiovascular y de fuerza, es fundamental.
Durante el tratamiento para el cáncer de mama, con los nutrientes adecuados puedes obtener, ¡Vida en cada bocado! Esta columna es la sección educativa de la Sociedad Dominicana de Nutrición Clínica y Metabolismo. Escribe tus preguntas a sodonuclim@gmail.com y síguenos en @sodonuclim