No existe un blueprint exacto para el lanzamiento exitoso de un producto y emprender, pero si existen pautas genéricas que podrían ayudar a orientar el lanzamiento a lograr relativamente el éxito.
Analiza la industria. Antes de lanzarse lo primero que se debe hacer es ver que está pasando en el mercado, ¿No está siendo atendido? ¿Cómo puedo ser un pionero de forma exitosa? ¿Está sobre atendido? ¿Dónde está la parte insatisfecha del mercado? El punto es encontrar la brecha o buscar otro norte.
Identificar tu cliente. Basándote en el cliente y la necesidad que le caracteriza se procede a impulsar el servicio o producto, solo así logramos enfocar los esfuerzos en un cliente que verdaderamente proyecte potencial a formalizar la compra.
Orientación a la expectativa. Esta pauta es muy importante y sin embarga dejada a un lado por muchos. Ya después de haber tenido el público meta identificado, el siguiente paso es entender cuál es el valor que espera le dé a este el producto, ¿Qué problema le resuelvo? ¿Qué necesidad le suplo? ¿Por qué me compra a mí?
Paciencia. Contrario al mito de Rómulo y Remo, Roma no se hizo en un día, para hacer que un producto sea exitoso hay que tener paciencia y perseverancia, como se dice popularmente “hay que darle calor al negocio”, la media es que en los primeros tres años de gestión los resultados sean reinvertidos (si no es que se presentan perdidas que es lo normal) para mantener una continuidad en el negocio.
Ponerlo en las manos adecuadas. Nunca está de más hacer una inversión en promoción y regalar el producto a personas que sepas son referencia para la audiencia del mismo, influencers, artistas, personalidades, todo el que sea escuchado y tenga una imagen que no difiera del posicionamiento del producto es válido.
Relación con el cliente. El servicio al cliente es un elemento que agrega valor intangible al producto y es parte de la satisfacción en la compra, es por esta razón que la relación con el cliente es determinante en cualquier producto, la idea no es ganar ni “salir del cliente”, la finalidad es crear una relación duradera con el cliente.
Constante inversión. Un consejo que me dio mi hermano mayor y nunca se me ha olvidado, en el negocio hay que reinvertir para que florezca, no se puede pretender gastar todas las ganancias en cosas personales o familiares (que siempre surgirán) o el negocio nunca va a crecer.
Sacrificarse. El último consejo que me dio mi hermano es que hay que sacrificarse, al emprender se puede caer en la trampa de que uno maneja su tiempo y deja de trabajar lo que debería, y la realidad es que para poder establecer un negocio hay que trabajar bastante y ponerle horas extras.