Octubre: mes rosado y de la salud mental

Octubre: mes rosado y de la salud mental

Julio Ravelo Astacio

Por Julio Ravelo Astacio

En artículo publicado el 5 de octubre tuve a bien solicitar al presidente de la República emitir un decreto declarando a octubre mes de la Salud Mental. Algunos colegas, amigos me manifestaron que esto no podía ser ya que este mes está dedicado a la concienciación del Cáncer de Mama.

Pero, hagamos memoria. ¿Cuántos de nosotros tiene un familiar, amigo, compañero de labores que cumple años junto a otras personas? Cada cumpleañero(a) hará sus preparativos, elegirá acorde a sus posibilidades la dimensión de la celebración. El año solo tiene 12 meses y 365 días; entonces, ¿cómo no pensar que algunos hechos, acontecimientos, celebraciones van a coincidir? Aspiramos a compartir una fecha que, de hecho, en la realidad diaria compartimos. La desgarrante noticia de tener un cáncer de mama que indefectiblemente afectará la Salud Mental de la persona.

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Es compartir la mesa con personas conocidas y con las cuales transitamos espacios comunes. Los profesionales de la salud mental conocemos las dimensiones catastróficas por las que atraviesan las personas afectadas por esta enfermedad.

Sabemos de su dolor, desesperanza, de la impotencia ante un diagnóstico que momentáneamente pone en ascuas su existencia.

Permítanme compartirles una experiencia profesional: paciente RC, 20 años, reside en el exterior, viene al país de vacaciones. Un día, nota alteración en uno de sus senos. Procura una cita médica, pasada unas semanas se le comunica que tiene cáncer de mama. “Doctor, pero en esta vida lo único que he hecho es estudiar, prepararme para lograr las cosas que en la vida aspiro” , me dice atribulada.

Procuro calmarle. Iniciamos el proceso psicoterapéutico. Le amputaron el seno, volvió al país donde residía, tenía muy buen trabajo, recuperada, tranquila, emocionalmente estable. Manteníamos comunicación, todo marchaba muy bien. Pero, como ustedes saben, “el tipo ese de las llamaradas de fuego, los tarros y el tridente” no duerme… apareció una lesión en el otro seno. Chequeos médicos. Se confirma la metástasis. Reinicia la batalla. Ella es buena paciente, personalidad armónica, madura a pesar de su corta edad, asiste a su consulta con el oncólogo, continuamos la psicoterapia. De nuevo con el esfuerzo profesional del equipo de oncología, el apoyo psicoterapéutico y la motivación de la paciente, se reintegra a sus labores dispuesta a seguir adelante, convertida en una guerrera. Actitud y disposición que aún mantiene.

El diagnóstico de cáncer se asocia a cercanía de la muerte, interrogantes sobre el futuro personal, familiar, laboral salen a relucir. Este, sin importar su ubicación u órgano afectado, tiene un impacto devastador en la persona que lo padece y su salud mental. De ahí que todos los esfuerzos para ser más efectivos deben ser coordinados por un equipo profesional liderado por especialistas en Oncología.

Que a nadie se le ocurra pensar que estamos tratando de reducir los esfuerzos por la concientización sobre el cáncer de mama. Hemos publicado nuestro respaldo y propuesto medidas para aumentar la conciencia de la población.

Según la OMS, una de cada cuatro personas presentará un trastorno mental a lo largo de su vida. Estos constituyen una causa frecuente de discapacidad, pérdida de la calidad de vida, sufrimiento, aislamiento social, estigmatización, suicidio, consumo de sustancias. Además, el hecho de que las guerras, enfrentamientos a nivel mundial, pobreza y marginación en que viven millones de personas aumentará en lugar de disminuir los trastornos mentales. Nuestro país no escapa a esa realidad.

Que se declare el “mes de octubre de la Salud Mental” unido al de la concientización del cáncer de mama, nos pondrían ante la opinión pública mundial como país preocupado por todo lo que la sociedad sufre y económicamente pierde a causa de estos padecimientos.

Lo somático, psicológico y social integran lo humano. Lo somático tiene su atención y soporte en las distintas especialidades médicas. Así como compartimos en la enfermedad las manifestaciones somáticas y las alteraciones emocionales, proponemos programas, actividades comunes para crear conciencia sobre el cáncer de mama y su impacto en la Salud Mental. Vendría a ser una potenciación de los esfuerzos que estoy seguro ningún miembro del equipo oncológico, ni del área de la salud mental se opondría. Sumaríamos capacidades y energías para sensibilizar a toda la población.