Con un saldo de inestabilidad para la vida doméstica, de la cocina y la lavadora a la televisión y el aire acondicionado, y pérdidas económicas para los negocios
La ola de apagones diarios en Cuba está forzando a sus habitantes a cambiar su día a día, con un saldo de inestabilidad para la vida doméstica, de la cocina y la lavadora a la televisión y el aire acondicionado, y pérdidas económicas para los negocios privados.
“Tienes que hacer todo lo que puedes cuando tienes electricidad. Hay que adelantar, sobre todo en hacer la comida. Y si necesito usar la lavadora hacerlo antes de que llegue” el corte, describe a Efe Belkis, residente de Cárdenas (occidente). Esta ciudad lleva meses arrastrando apagones, al igual que otras regiones del país, un problema que se ha ido agravando en las últimas semanas.
Actualmente, Belkis cuenta que en su zona sufren seis horas diarias sin electricidad en dos tramos, de 6 a 9 y de 13 a 17.
Pero su “peor día”, explica, es el calendario alternativo que ha sufrido en otros momentos, con interrupciones de 9 a 13 horas y de 17 a 20. Belkis, que vive con su hijo y una madre nonagenaria, asegura vivir una situación con “alto grado de dificultad” y compadece a algunas de sus amigas, que antes de ir a trabajar “tienen que dejar todo lo posible hecho” en casa, lo que implica hacer tareas domésticas “la noche anterior o en la madrugada».
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La única alternativa que ve es “aprovechar al máximo las horas libres del calendario de apagones«. La crisis energética, uno de los mayores retos de Cuba en estos momentos, corre el riesgo de cronificarse.
Las primeras alarmas comenzaron a sonar en mayo y desde entonces los cortes no han dejado de sucederse y prolongarse.
En julio se registraron apagones en 29 de los 31 días, mientras que agosto le sigue con similar comportamiento, según datos de la UNE cotejados por Efe.
La Habana, que había esquivado los grandes cortes de otras regiones, fue incluida desde agosto en el calendario de apagones programados, luego de que residentes en otros territorios criticaran que fuese excluida.
Yanara dice a Efe sentirse “fatal” por este nuevo revés para su negocio. Esta emprendedora, quien ha levantado con su iniciativa y tesón un salón de belleza en el municipio habanero de Playa, siente en su día a día los perjuicios que tienen los apagones- sus clientes y empleadas están “disgustadas». “Tienes tu negocio en juego”, afirma esta estilista de 42 años, que recuerda que su establecimiento ya se afectó con el covid.