Los padres quieren que sus hijos asistan a clases, mientras maestros tienen miedo por Ómicron
Debido a la nueva variante del Covid-19: Ómicron, algunos sistemas escolares de Estados Unidos ampliaron sus vacaciones el lunes o volvieron a impartir clases por internet debido a la explosión de casos del virus, mientras que otros continuaron con las clases presenciales en medio de una sensación de que los estadounidenses tendrán que aprender a coexistir con el coronavirus.
Los distritos escolares de ciudades como Milwaukee, Nueva York, Detroit y otras se encuentran en una especie de dilema entre las súplicas de los profesores, temerosos del contagio, y de los padres, que quieren que sus hijos asistan a clases.
La ciudad de Nueva York, sede del mayor sistema escolar público del país, reabrió las aulas a cerca de un millón de estudiantes con una reserva de kits de pruebas diagnósticas de COVID-19 para llevar a casa, y planea duplicar el número de pruebas aleatorias realizadas en las escuelas.
“Vamos a estar seguros, y vamos a estar abiertos para educar a nuestros hijos”, dijo el nuevo alcalde, Eric Adams, a la cadena MSNBC.
Trisha White, una madre neoyorquina, dijo que considera que el riesgo es el mismo para su hijo de 9 años de edad dentro o fuera de la escuela, y que estar con los compañeros es mucho mejor para su hijo que el aprendizaje a distancia.
“Podría contraer Ómicron fuera de la escuela”, manifestó mientras dejaba al niño en el centro educativo. “Entonces, ¿Qué puedes hacer? Yo no culparía al sistema escolar. Hacen lo que pueden”.
Aunque el sindicato de profesores solicitó al alcalde que pospusiera las clases presenciales durante una semana, los funcionarios municipales llevan mucho tiempo diciendo que los requisitos de mascarilla, las pruebas diagnósticas y otras medidas preventivas hacen que los niños estén seguros en la escuela. La ciudad también tiene un mandato de vacunación para los empleados municipales.
Los nuevos casos de COVID-19 en la ciudad se dispararon de un promedio diario de alrededor de 17.000 en la semana previa a las vacaciones a casi 37.000 la semana pasada.
Los nuevos casos de COVID-19 en Estados Unidos se han triplicado en las dos últimas semanas hasta superar los 400.000 diarios, el nivel más alto registrado. El brote representa una pesada carga para sectores vitales de la economía, como los hospitales y la industria aérea, que tienen un gran número de empleados infectados.