Colombia. — La Organización de las Naciones Unidas aseguró hoy que concluyó la dejación de armas individuales de las FARC, como parte del proceso de paz entre el gobierno y el mayor grupo guerrillero de Colombia.
En una ceremonia el martes en el centro del país, observadores de la ONU sellaron los últimos contenedores con algunos de los 7.132 rifles de asalto recolectados en campos rebeldes en todo el país durante las últimas semanas.
El presidente Juan Manuel Santos y los principales líderes de las Fuerzas Armadas de Colombia estuvieron presentes en el acto.
Uno a uno, cada guerrillero destinado en los campamentos de desmovilización ha entregado en los últimos días su arma a los observadores de Naciones Unidas y firmado un compromiso de que hará su parte para poner fin al sangriento conflicto que se ha prolongado durante medio siglo.
“En un mundo convulsionado por antiguas y nuevas formas de violencia, por conflictos cuyos protagonistas parecen irreconciliables… un proceso exitoso de construcción de paz en Colombia es también un motivo de esperanza y ejemplo poderoso para la comunidad internacional”, dijo Jean Arnault, director de la misión de la ONU en Colombia.
Rodrigo Londoño, el máximo jefe guerrillero y conocido como Timochenko, dijo que el acto del martes sólo marca la dejación de sus armas, pero “hoy no termina la existencia de las FARC”. Como parte del acuerdo de paz, las partes acordaron que el grupo avanzará a convertirse en un grupo político.
Aunque todavía se están vaciando cientos de arsenales llenos de explosivos y armas más grandes, la ONU certificó desde el lunes que se habían reunido un total de 7.132 armas, lo que supone todas las armas de fuego personales excepto por un pequeño número necesario para salvaguardar los campamentos hasta su inminente desmantelamiento.
Con esa hazaña histórica, Colombia está un paso más cerca de pasar página en el conflicto armado más largo de América Latina, que dejó al menos 250.000 muertos, otros 60.000 desaparecidos y millones de desplazados.
Según Aldo Cívico, profesor de la Universidad de Rutgers y especialista en el conflicto colombiano, entregar las armas es la decisión más importante que puede tomar una guerrilla.
Los rebeldes de las FARC alcanzaron el año pasado un acuerdo con el gobierno de Colombia para entregar sus armas y convertirse en partido político. Pero aplicar el acuerdo ha sido un proceso complejo. El pacto no obtuvo el apoyo popular en un referendo nacional, el Congreso ha tenido problemas para aprobar las leyes que aplican los acuerdos revisados y legisladores de oposición amenazan con rechazar piezas clave de los términos si ganan las elecciones presidenciales el año que viene.
La controversia también ha afectado al desarme. El expresidente conservador Álvaro Uribe lideró a un grupo de opositores que cuestionó abiertamente que las FARC hubieran entregado todo su arsenal, señalando que siempre se hablaba de muchas más armas.