La diplomática Rosemary DiCarlo se refiere en un discurso a la situación creada en la guerra Rusia-Ucrania. AP
La jefa de Asuntos Políticos de la ONU reiteró que las consecuencias de la guerra se sienten alrededor del mundo
La ONU acusó ayer, viernes, a Rusia de poner en riesgo la seguridad alimentaria en los países en vías de desarrollo con su decisión de retirarse de los llamados acuerdos del mar Negro y sus repetidos bombardeos de los últimos días contra puertos ucranianos.
“Los acontecimientos de la última semana son sólo los últimos desarrollos en la guerra sin sentido de la Federación Rusa contra su vecino, una guerra cuyas consecuencias se sienten alrededor del mundo”, dijo la jefa de Asuntos Políticos de Naciones Unidas, Rosemary DiCarlo.
DiCarlo, en un discurso ante el Consejo de Seguridad, recalcó que el fin de los acuerdos del de Marzo Negro y los ataques a “puertos cruciales” no harán más que agravar esta crisis.
“La nueva oleada de ataques contra puertos ucranianos puede tener gran impacto en la seguridad alimentaria global, en particular, en los países en desarrollo”, insistió la diplomática estadounidense, que consideró además “inaceptables” las “amenazas” de Moscú sobre la posibilidad de atacar barcos civiles en el e Mar Negro. Desde el inicio de la guerra, el Kremlin ha tratado de evitar que el impacto internacional del conflicto le haga perder apoyos en el llamado sur global, donde mantiene relaciones amistosas con un buen número de Gobiernos.
Así, por ejemplo, en los últimos días ha reiterado su disposición a suministrar grano gratis a países africanos tras la suspensión de la iniciativa del Mar Negro para la exportación de cereales ucranianos.
Sin embargo, el jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, recalcó ayer que la ruptura de ese pacto plantea enormes problemas para naciones vulnerables, sobre todo en África y Oriente Medio. “Los precios globales del grano se han disparado, amenazando con deshacer el progreso logrado durante el año pasado a medida que los mercados se estabilizaron, lo que podría llevar a millones de personas al hambre”, señaló. Griffiths recordó que gran parte del mundo depende de productos básicos como el trigo y el maíz.