El objetivo debe ser regular a todos los inmigrantes a través de un proceso en que no lesione a la economía
Nadie, en su sano juicio, se opondría a que todo extranjero que resida en el país cumpla con los rigores de la ley.
Pero después de tanta décadas de inobservancia de nuestro marco regulatorio, un plan de regularización del status de los extranjeros que viven la República Dominicana debe llevarse a cabo sin que los sectores en que la mano de obra inmigrante tiene una mayor participación, como la agricultura y la construcción, queden lesionados.
En el caso de la agricultura, la sustitución de mano de obra haitiana por mano de obra dominicana no sólo parece obedecer a bajos salarios. Está más relacionado con las duras condiciones del trabajo agrícola.
Y lo mismo puede decirse del trabajo en la construcción, donde se pagan salarios, sobre todo a nivel técnico, que superan a los de profesiones en muchas áreas.
Es así como más que por un problema salarial, el desinterés de los dominicanos por los empleos agrícolas y de la construcción ha devenido en un problema cultural.
No obstante esa realidad, se pueden hacer cosas para reducir la dependencia de esos sectores de mano de obra inmigrante. En el caso de la agricultura, por ejemplo, se está recurriendo a la utilización de tecnologías, como drones para fumigación, que sustituyen la mano de obra humana.
También en muchas áreas se ha recurrido a la mecanización de labores. Pero no en todos los casos se puede prescindir del trabajo humano. Y en el caso de la construcción se están aplicando programas de capacitación de mano de obra dominicana y haciendo uso de equipos que hagan menos duras las labores. Esto puede ayudar a reducir la participación de mano de obra inmigrante, pero no en su totalidad.
Por esas razones y como parte del ordenamiento migratorio, se deben establecer mecanismos ágiles para el otorgamiento de visas de trabajo en los casos que lo ameriten. E incluso, se podrían otorgar carnets provisionales en lo que se norma el “status” migratorio de trabajadores integrados a labores productivas.
El objetivo debe ser regular a todos los inmigrantes que vivan en el país a través de un proceso en que no lesione a los sectores productivos que mayormente los emplean, para que no nos estemos tropezando con inmigrantes en todas las esquinas, pero sin olvidar que según cifras que se han barajado en el país, la mano de obra haitiana aporta el 7,4% del PIB de República Dominicana.