El equipo se convirtió en un cuerpo élite de periodistas que desentrañaba lo que el poder
ocultaba

Su vocación y compromiso de desentrañar la realidad dominicana, de contribuir al estudio y comprensión de los problemas nacionales, se consolida en HOY en 1985 con la creación del equipo de investigación periodística de este diario y del vespertino El Nacional, primero del país.

Talento, vocación e integridad llegan ese año a HOY personificados en el periodista Bienvenido Álvarez Vega, director del equipo, quien magistralmente dirigió un excelente cuerpo reporteros integrado por los periodistas Eunice Lluberes, Héctor Tineo, Esteban Rosario y Marcia Facundo, fundadores, profesionales de la mejor calificación, a quienes se une el periodista José Labourt, dedicados a tiempo completo a la investigación.

Los «genios» o «swats», como sus colegas los bautizan, empezaron de inmediato a radiografiar el país, develar realidades ocultas, investigando diferentes vertientes de la economía, agropecuaria, turismo, política, religión, todo el quehacer nacional. Sus trabajos, reseñados con una lupa por logo, sirven como fuente de consulta en centros académicos y otras entidades.

Paternidad del equipo. En José L. Corripio recae la paternidad del equipo de investigación, idea que le surge al constatar que las informaciones de los periódicos eran las mismas, y la única manera de diferenciarse era que HOY las generara, hurgando, escarbando, produciendo historias distintas.

Tras la renuncia de Álvarez Vega, quien paralelamente fungía como jefe de Redacción, los trabajos de investigación, de alto contenido didáctico, prosiguen bajo la dirección de Eunice Lluberes, sucedida por Angel Barriuso, con valiosos aportes de nuevos reporteros investigadores: Vianco Martínez, Rafael Núñez, Julio Martínez Pozo, Sara Pérez, Claudia Fernández y Felipe Mora.

El equipo se convirtió en un cuerpo élite de periodistas que creaban las noticias buscando las informaciones que no existían hasta el momento en el periodismo dominicano, desentrañando lo que ocultaba el poder político y económico quería ocultar.

Al igual que La Otra Dimensión, los trabajos de coyuntura presentados en el Tema de HOY tuvieron una gran repercusión.

Su contribución a la sociedad, al rescate de la memoria histórica, es extraordinaria. La cantera de documentos que produjo el equipo no se han perdido, son joyas periodísticas que las colecciones del periódico HOY atesoran.

ISLA ABIERTA: Santuario del arte

Un prestigio para HOY y sus lectores, el suplemento cultural sabatino Isla Abierta, conducido por el poeta y músico de alta talla don Manuel Rueda, uno de los intelectuales dominicanos más prominentes del siglo XX.

En cada número tenían un desafío a la inventiva y a la perfección. Con el ajetreo de los trabajos rutinarios, correcciones de pruebas, diagramación, cambios de impresiones con autores y articulistas seleccionados para el número en gestación, don Manuel y la poeta Soledad Álvarez prueban las prisas periodísticas, tan ajenas al quehacer poético.

Isla Abierta celebró en 1985 su edición número 200 con una exposición pictórica en homenaje a los artistas plásticos dominicanos, en especial sus colaboradores. Realizó dos mesas redondas sobre la: «Situación de la cultura en la República Dominicana» y «Perspectivas de la cultura y del intelectual en la RD».

Desde ese año, tiene un fiel y competente asistente, Andrés Blanco, enfrascados en la preparación de la segunda entrega de los cuentos dominicanos para niños, recogidos por la Fundación Corripio en el volumen V de la colección Prisma.

En intensa labor intelectual, a la que se integra José Enrique Díaz, realizaron diversos números monográficos: Descubrimiento de América, Eugenio María de Hostos, Máximo Gómez, Manuel Arturo Peña Batlle , entre otros, además de los dedicados a los ganadores del Premio Nacional de Literatura, auspiciado por la Fundación Corripio, que don Manuel dirigió.

En los últimos años, retomada la dirección de Isla Abierta, que de 1996 a 1997 estuvo a cargo del prestigioso intelectual Marcio Veloz Maggiolo, don Manuel mantuvo una dirección colegiada con Andrés Blanco y José Enrique Díaz, quienes continuaron la edición del suplemento recordando en cada número al gran maestro. De este santuario del arte, excelsa expresión de la literatura, de cuya calidad se ocupó hasta en su lecho de muerte.
Queda «Una voz», su voz editorial.