El arte es el espejo del alma del artista, reflejo claro y preciso de su estancia en el complejo existir de los seres que colman, que nos llenan unas veces de angustia y otras de grato bienestar.
El arte es una blanca crisálida que muta como si fuera magia; en danza, notas musicales y en espacios de colores.
Arte: leyenda que trastoca el tiempo, choque frontal de lo místico con lo real, un dejo de certeza, un girón de melancolía.
Arte, agua de manantial templada por el sol, ofrenda que no se puede rechazar, rosa de los vientos que te orienta por los mejores caminos, rosa de tierna fragancia, esencia de la sutil mirada a las bellas cosas del mundo.
Arte: entrega total, íntimo y callado como el silencio que vaga por los infinitos espacios de ese lejano mundo sideral. Palabra íntima y callada, con la grata virtud de expresar el más intenso derroche de armonía, gracia y belleza.
Arte: auténtica expresión que oculta el artificio, libre como el viento que campea por la cima del universo, sabio, germen de la extraña forma de sentir ternura, dolor y una constante inquietud.
Arte: es como si la penumbra matizara las sensuales tardes de primavera y la lluvia al caer bañara el alma de los amantes.
Le puede interesar: Arte: caprichoso y extraño, pero cierto y verdad
Arte: tierra nueva y fértil, gestora de los milagros, de lo entrañable al hombre.
Arte: mansa locura que estalla en los predios de la mente y nos habla con voz clara y precisa de su firme presencia en los gratos placeres que nos ocupan de nuestra forma de sentir y vivir.
El arte es tregua, confidente del día, compañero de la noche. Caballero andante y aventurero con armas que esgrimir, las armas de la pasión, armas que no agreden, armas para conciliar.
El arte es como recordar las mejores cosas, cosas que guardo para mi en el rincón donde anida la terneza.
El arte es ordenado y salvaje, a la vez, como la canción del zorzal, que apacigua en su trinar y enardece en su cantar.
El arte es música, torbellino de colores, fuente de sombras.
Arte: soliloquio de voz turbada, discurso íntimo que transita entre la cordura y la pérdida de la razón.
Arte: tormento de los quehaceres del pensamiento, hechicero con la magia del encanto, mirada de lince, dechado de paz.
Arte: hijo pródigo de genios, pensamiento y voz de las más altas cumbres del pensar diferente, de ese pensar que dice cosas raras, tan fuera de lo común, que a veces cuesta comprender pero es agradable de sentir.
Arte: capricho de extraño quehacer, de sentida presencia, alegre, triste, tranquila, inquieta; quién se imagina de cuántas formas nos habla el arte, pero sí es cierto que a su voz siempre le acompaña un hermoso poema.
Arte: jardín de todas las flores, de todos los colores, de todos los perfumes; aroma que anida en los sentidos.
Arte: clarinada que anuncia los más bellos tonos del alba que festeja el amanecer.
Arte: agua de beber, elixir de la vida, clamor del mar, bálsamo del alma, cantar de los cantares.
Arte: la canción mejor cantada, la poesía más sentida, destino presentido.
El arte, además de ser la exquisita virtud de los artistas, es una categoría social que incide de forma directa en la cultura, en el placer, en el entretenimiento, en la formación espiritual del hombre y la mujer.
El arte es una tranquila inquietud que transforma sociedades, conglomerados, es la expresión más acabada de la sensibilidad, del sacrificio, de pureza espiritual de ese hacedor de fantasía y verdad.
Arte: el más hermoso y codiciado eslabón de belleza que palpita y transita por el más complejo esquema que rige los caracteres del sentimiento del hombre artista.
Quiero dar las gracias a todos aquellos lectores que me hacen el favor de tomar en cuenta mis artículos, tanto a los que están de acuerdo con mis humildes conceptos como a los que discrepan de estos.
Del arte no se pueden hacer conclusiones concretas y definitivas; el arte no es matemática, ni ciencia, es arte; una categoría emocional, sensorial, una extraña expresión que motiva y seduce al sentimiento con su grata presencia.
Las cosas y conceptos que manifiesto en cada uno de mis artículos atrevidamente definitorios sobre el arte, podrán ser ciertas, dudosas, justas, verdaderas; es tan difícil saberlo, en todas ellas prima un criterio muy personal.
Pero sí estoy completamente seguro de algo que nos motivó a esta aventura; es que cada frase, cada expresión, cada idea, nace de la sentida confesión que me dicta el alma abrazada a mi conciencia.