Pálpito

Pálpito

Claudio Acosta

Hoy quiero compartir con ustedes algo que se parece mucho a un “pálpito”, como decían los viejos de antes cuando un presentimiento les agitaba el corazón. Y es que no creo que haya sido coincidencia, en estos días que tanto se habla de la crisis en la Cámara de Cuentas, la publicación de una auditoría al Gabinete de Coordinación de Política Social que dirige Tony Peña Guaba, donde se detectaron irregularidades en la contratación de artistas para amenizar fiestas populares en el mes de diciembre del 2020 que nunca se bailaron.

¿Quién decide, en la olla de grillos en que se ha convertido la Cámara de Cuentas, qué auditoría se publica y cuándo se publica? ¿O habría que agregar también un porqué?

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Y como hace tiempo sabemos que los políticos han infiltrado ese órgano con toda la mala intención del mundo, no puede descartarse que una mano maestra esté detrás de la publicación de esa auditoría justo en medio del escándalo provocado por la revelación del Ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara Hatton, de que desvinculó a más de 800 personas que cobraban sin trabajar, y las virulentas críticas que recibió de dirigentes del PRM por “enlodar” la memoria de Orlando Jorge Mera.

Soy consciente de que todo esto suena a una típica teoría de conspiración que no puede probarse ni demostrarse, sin descartar, desde luego, que solo se trate de una desafortunada coincidencia que nos está mostrando que algunas prácticas de los políticos no van a cambiar nunca si no los obligamos, lo que solo ocurrirá si sus inconductas y malas acciones tienen consecuencias.

A juzgar por la poca atención que ha recibido esa auditoría de parte de las “autoridades competentes” eso no parece que vaya a ocurrir, sea porque sus hallazgos se conocieron con demasiado retraso, cuando casi nos habíamos olvidado de los 55 millones de pesos que Peña Guaba le regaló a esos artistas, o porque el dinero público, como ha vuelto a demostrarse, no tiene dolientes en este pobre y jodido país.