El sumo pontífice describió a Sudán del Sur como un país que llora por la pobreza, la violencia y los desastres naturales
El papa Francisco llegó ayer, viernes, a Yuba y, en su primer discurso, urgió a los líderes de Sudán del Sur a que se dejen de acusaciones recíprocas y cumplan las promesas alcanzadas en el acuerdo de paz, en un país “que llora por la violencia, la pobreza y los desastres naturales que lo atormentan».
“Vengo como peregrino de reconciliación, con el sueño de acompañarlos en su camino de paz, un camino tortuoso, pero que ya no puede ser postergado”, se presentó el papa a las autoridades del país en el jardín del palacio presidencial tras haberse reunido con el presidente sursudanés, Salva Kiir Mayardit, y el líder opositor y vicepresidente del Gobierno de unidad nacional, Riek Machar.
Francisco, que llegó procedente de la República democrática del Congo, está acompañado en esta visita por el líder de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields, pues el país cuenta con una importante presencia de protestantes.
“Nos hemos embarcado en esta peregrinación ecuménica de paz después de haber escuchado el grito de todo un pueblo que, con gran dignidad, llora por la violencia que sufre, por la constante inseguridad, por la pobreza que lo golpea y por los desastres naturales que lo atormentan”, dijo el papa en un duro llamamiento.
Y lamentó que “son años de guerras y conflictos que parecen no tener fin -recientemente se han registrado violentos enfrentamientos- mientras que los procesos de reconciliación y las promesas de paz permanecen incumplidas”, en referencia al acuerdo de 2018.