Una visión compartida entre amigas que deciden emprender un negocio juntas explica que, más allá del cariño que las une, compartir ideas les da la cuota de valor extra para emprender, pero además muestra que es posible aplicar la sororidad en los negocios.
Tal es el caso de Patricia Sugilio y Mariel Quiros, fundadoras de la agencia Hands on Sales, empresa especializada en consultoría y capacitaciones en ventas, cuyo enfoque es ayudar a los emprendedores y empresas para vender más y tener negocios rentables, algo vital en estos tiempos para poder tener negocios rentables.
Ambas decidieron emprendiendo de manera independiente, y que sus caminos se fueron entrecruzando, hasta que decidieron asociarse.
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Cuenta Mariel, que Patricia y ella siempre habían compartido esa chispa de emprendedoras. “Soñábamos con hacer algo grande y ¡cómo se ha dado ese grande! Porque hemos tenido la oportunidad de crecer nuestro equipo gracias al compromiso con nuestros clientes, nuestra entrega, los resultados en ventas que generamos, y la forma en la que conectamos con sus clientes”, explica.
Tras descubrir la química que había entre ellas, Patricia decidieron hacer los trámites y formalizar la empresa, y pasar de emprendedoras digitales a empresarias con todas las responsabilidades que esto conlleva. Impactando a través de las formaciones y consultorías para que los equipos de nuestros clientes sigan escalando y aumentando sus volúmenes de ventas.
“¡Ahí está la magia! Nos complementamos como el yin y el yang. Yo suelo tomar más el rol estratégico y de gestión, mientras que Patricia brilla en el ámbito de las relaciones públicas y el contacto directo con nuestros clientes”, destaca Mariel Quiros.
Agrega que es una combinación perfecta que les permite abordar cada desafío desde diferentes ángulos. “Incluso hasta somos estratégicas, si algo es muy serio lo atiendo yo, si se necesita jovialidad y alegría lo atiende Patricia, cada una usa su encanto para conectar en pro del bien común”, asegura.
Patricia resalta las cualidades de Mariel que le agregan valor a su sociedad. “Algo que me hizo poner la mirada en ella y elegirla como mi socia y como mi compañera de negocio fue justamente que veía su visión, que estaba siempre dispuesta a invertir, que se mantenía en ese constante aprendizaje y con esa chispa que a mí me gustaba. A ella no le daba miedo decir: “invierto en esta formación para crecer”.
Mientras que, Mariel, dice que veía en Patricia toda esa alegría, esa chispa, esa creatividad que ella dice no tener como fortaleza número uno. “Entonces pensaba desde el inicio que podíamos llegar a ser grandes aliadas y al estar tan cerca constantemente y compartir tantísimos proyectos llegó el momento en el que nos dimos ese apretón de manos virtual y empezamos a trabajar más de la mano para poder llevarle resultados a los clientes pero ahora como un equipo”.