Las pérdidas totales de las empresas distribuidoras de electricidad (EDE) ascendieron a 41.4% en los primeros ocho meses de este año.
Eso significa que por cada 100 pesos de energía comprada las EDE perdieron el equivalente a 41 pesos, de acuerdo con los datos del último informe de desempeño elaborado por el Ministerio de Energía y Minas.
El 41.4% se divide entre las pérdidas de energía, que representó 31.2%, y la energía no cobrada, la cual representó el 10.2% del total comprado.
Las pérdidas de energía de Edeeste fueron de 44.6%, Edesur 26.2% y Edenorte 21.5%.
Las pérdidas de energía de las distribuidoras son pagadas por los ciudadanos con sus impuestos, plantea el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES).
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Para este año, inicialmente fue presupuestado un subsidio eléctrico de US$965.9 millones. Sin embargo, debido al incremento de los precios internacionales de los combustibles empleados para la generación de energía, se presupuestó un aumento de este subsidio de US$609.8 millones en el presupuesto complementario 2022.
Esto significa un subsidio a las EDE de US$1,575.7 millones en 2022, un monto que representa el 39.2% del déficit fiscal de dicho presupuesto.
De acuerdo con el Proyecto de Ley de Presupuesto General del Estado 2023, el subsidio eléctrico ascenderá a US$1,296.7 millones, equivalente a un 35.6% del déficit fiscal presupuestado para el 2023.
El índice de cobranza de las EDE en los primeros ocho meses de este año fue de 91.5%, con una disminución de 6.3%, mientras el índice de recuperación de energía alcanzó 63.2%.
La factura por compra de energía en el mismo período fue de US$1,896.6 millones, en tanto la facturación por venta de energía ascendió a US$1,321.9 millones.
Los cobros de energía fueron US$1,187.1 millones, lo que representa una diferencia significativa en relación a la energía facturada.