Las pérdidas totales acumuladas hasta mayo de las empresas distribuidoras de electricidad (Ede) alcanzaron el 41.1%, lo que significa que por cada 100 pesos de energía comprada las Ede perdieron 41 pesos, de acuerdo con los datos del último informe de desempeño elaborado por el Ministerio de Energía y Minas.
El 41.1% de pérdidas se divide en energía comprada pero no facturada, que representó 30.5%, y energía facturada pero no cobrada, la cual representó el 10.6% del total comprado.
El resultado de mayo indica que las pérdidas acumuladas se han incrementado desde marzo, cuando representaron 37.5%.
En enero de ese año las pérdidas totales de energía llegaron a 43.3%, fruto de 27.9% de pérdidas de energía y 15.4 % de energía no cobrada.
Las pérdidas totales de energía de las distribuidoras fueron las siguientes en los últimos años: 2017, 33.7%; 2018, 32.7%; 2019, 30,5%; 2020, 38.7% y 2021, 37.5 por ciento.
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Los años en que las pérdidas de energía alcanzaron los mayores porcentajes fueron 2020 y 2021, con 33.1% y 32.6%, respectivamente.
Las pérdidas de energía de las distribuidoras son pagadas por los ciudadanos con sus impuestos, señala el Centro Regional de Estrategias Económicas Sostenibles (CREES).
Para el 2022, el subsidio eléctrico fue presupuestado en US$942.8 millones, el cual representaba el 30.5% del déficit fiscal.
El aumento en las pérdidas, junto al incremento en los precios internacionales del petróleo, del gas natural y del carbón, deberán incrementar el monto del subsidio corriente a las Ede en 2022, señala.
Considera que mantener la distribución de electricidad en el ámbito político impide que se creen los incentivos para que las Ede consigan operar sin demandar subsidios. Con cambios en la administración y la propiedad de las distribuidoras, y la reducción de los subsidios hasta su completa eliminación, las Ede serían eficientes, plantea.