Grecia — En una colina cubierta de pinos desde la que se divisa el Mar Egeo se ve la tumba de un niño. Su primer viaje en bote fue el último: El mar se lo llevó antes de que cumpliese seis años.
“Se ahogó en un naufragio”, dice una lápida. “No fue el mar, no fue el viento, fueron la política y el miedo”.
Esas políticas inmigratorias están siendo cuestionadas en el caso del padre del muchacho, un afgano de 25 años que ha sido acusado de negligencia en la muerte del niño por haber emprendido con él la peligrosa travesía de Turquía a Grecia y se expone a diez años de prisión.
Se cree que es la primera vez que un país de la Unión Europea enjuicia a una persona por la muerte de su hijo en un naufragio mientras buscaban una vida mejor en Europa.
El padre, divorciado y quien criaba a su hijo solo, dijo que decidió partir de Turquía luego de que le rechazasen dos veces pedidos de asilo, temeroso de ser deportado y enviado de vuelta a Afganistán.
“No vine para divertirme. No tenía otra opción”, sostuvo. “Decidí hacerlo por el futuro de mi hijo, por mi futuro, para que pudiésemos hacer algo en la vida, y que mi hijo pudiese estudiar”.
Ahora, asegura, piensa a menudo en suicidarse. Aceptó hablar con la Associated Press con la condición de que se lo identificase solo por sus iniciales, N.A., y que no se publicase el nombre de su hijo.
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“Sin él, no sé vivir”, se lamentó. “Era lo único que tenía en la vida. Depositaba todas mis esperanzas en él”.
No está claro por qué las autoridades griegas llegaron al extremo de acusar a este hombre cuando tantos otros se han visto en la misma situación sin ser imputados.
El ministro de migraciones Notis Mitarachi dijo que el caso no representa cambio alguno en las políticas inmigratorias de Grecia.
“Si muere alguien, hay que investigar si alguien, ya sea por negligencia o deliberadamente, actuó al margen de la ley”, sostuvo Mitarachi, agregando que se evaluaba cada caso individualmente, según sus méritos.
Aseguró que las personas que piden asilo no corren peligro en Turquía.
“La gente que elige subirse a estas lanchas, que no están pensadas para el mar y son conducidas por gente sin experiencia, obviamente exponen sus vidas”, expresó.
Grecia ha sido uno de los países más afectados por la crisis migratoria europea. Del 2014 al 2020, más de 1,2 millones de personas usaron la ruta del este del Mediterráneo para llegar a Europa, según la oficina del Alto Comisionado para Refugiados de las Naciones Unidas. Más de 2.000 fallecieron o desaparecieron.