Perspectivas del presupuesto de la UASD

Perspectivas del presupuesto de la UASD

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En casi todo el mundo, la educación superior se ha venido transformado de manera significativa: Su población estudiantil ha aumentado considerablemente; hay una gran diversidad de instituciones de educación superior con fines y funciones variadas; han crecido las exigencias y competencias a las que se enfrentan las universidades y demás instituciones del género; y, según las opiniones de personas calificadas “pocas instituciones del mundo contemporáneo viven mayores transformaciones y retos que aquellos que experimentan las universidades, lo que no impide que algunos estudiosos consideren que ellas, más que ninguna otra organización, puedan ser prototipo de las organizaciones postindustriales”
Lo que, hasta las últimas décadas del siglo 20, se entendía como universidad, ha venido experimentando cambios en su estructura y composición; en su papel e imagen ante la sociedad; en los objetivos que se traza, y en la organización que toma para alcanzarlos. Algunos de estos cambios, como el relativo al aumento de la presencia de la mujer en las aulas y laboratorios universitarios, han ocurrido a gran velocidad; otros, en cambio, se han estado gestando. Todos, inciden o podrán incidir en el futuro de las universidades y en el de las demás instituciones de educación superior.
Lo antes descrito ilustra lo que viene aconteciendo en el panorama internacional y que sin duda afectará a las universidades de la América Española y el Caribe.
La educación universitaria o la educación superior (como quiera llamársele) hoy muestra una gran apertura cuando se le compara con la situación que prevalecía hace unas cuantas décadas. Su expansión y cobertura de hoy día son productos de la incorporación de jóvenes hijos de familias pobres que antes no hubieran accedida a ella; de mujeres que participan en todas las áreas del saber y la cultura y son mayoría en algunas de ellas; de minoría socioeconómicas marginadas y sin apoyos; de profesionales que buscan actualizar sus conocimientos mediante diplomados, o de adultos que aspiran a obtener el título profesional que no pudieron alcanzar cuando jóvenes. Pero, las perspectivas previsibles en el entorno mundial son pocos prometedoras para la estructura y forma actual de las universidades de la América Española y del Caribe. A pesar de ello, la sociedad dominicana de hoy espera que sus instituciones de educación superior les generen los cuadros humanos calificados que requiere sus mercados de trabajo; la provean de los estudiosos de las letras y de las artes; les preparen los empresarios y profesionales innovadores que estimulen las transformaciones sociales; le formen y dote de los científicos y tecnólogos que la coloque o mantenga competitiva; le proporcione los individuos que analicen y den respuestas a los múltiples y sofisticados problemas que le aquejan; y que formen a los académicos y maestros que pueblan sus diversas instituciones de educación superior. No obstante, a decir personas muy entendidas, “varios de esos objetivos son divergentes y hasta contradictorios: las demandas de la investigación no son las mismas que las de la docencia y la preparación de un especialista difiere de aquélla de un generalista por mencionar sólo dos ejemplos. Lejos están, por tanto, los tiempos en que la misión de la universidad era clara y unívocamente percibida y aceptada por todos”.
¿Cuáles son los temas dominantes en el debate internacional sobre educación superior? ¿Cuáles papeles habrá de desempeñar en un futuro inmediato nuestra querida Alma Mater, la Pontificia y Real Universidad Autónoma de Santo Domingo?
Un elemento importante en el debate internacional que a todos nos afecta es la circulación en los medios académicos de dos documentos sobre políticas de la educación superior elaborado uno de ellos por el Banco Mundial y otro por la UNESCO. Ambos pliegos examinan la situación actual y las perspectivas de la educación superior, haciendo énfasis en su calidad y pertinencia.

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