No tuvieron el coraje de participar en la marcha patriótica organizada por La Antigua Orden Dominicana en Friusa, pero desde sus tranquilas y confortables residencias se mantuvieron muy atentos, gracias a la magia de la televisión, a lo que allí ocurría. Mas que nada por si algo salía mal, y lo que en principio fue descrito como una imprudente provocación degeneraba en una tragedia que hoy estaríamos lamentando y ellos celebrando porque creen que solo daña al gobierno. No ocurrió así, gracias a Dios, pero la acción de un grupo de infiltrados, como denunció Angelo Vásquez, líder de los convocantes, que quisieron ir más allá de lo previamente acordado con las autoridades en una actitud provocadora que obligó a la Policía a reaccionar, les ofreció el pretexto que esperaban.

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Fue así como la precipitación, y mas que nada el afán oportunista y politiquero, les jugó una mala pasada. “El pueblo no puede ser reprimido por defender su patria”, protestó Abel Martínez, excandidato presidencial del PLD. “Eso se trató de un abuso, en vez de proteger a una manifestación que fue anunciada desde hace semanas se le recibió de forma violenta”, proclamó Francisco Javier García, aspirante a la candidatura presidencial del partido morado. Y en ese coro, por supuesto, no podía faltar el expresidente Leonel Fernández, líder de la Fuerza del Pueblo, cuyo equipo de prensa envió a los medios de comunicación un documento en el que condena el uso excesivo de la fuerza “contra ciudadanos que únicamente exhibían su patriotismo”.

Este es otro ejemplo de la ligereza, pero sobre todo de la irresponsabilidad de los políticos, en este caso de oposición, conque se está manejando el peliagudo tema haitiano, a pesar de sus implicaciones para el presente y el futuro de la República Dominicana. Esperemos que la próxima vez se informen mejor antes de hablar y, sobre todo, que respeten la verdad de los hechos, pero tal vez les estamos pidiendo demasiado. Nadie puede dar lo que no tiene.