Reconocidos intelectuales y activistas sociales del país y de la comunidad dominicana en el exterior pusieron a circular hoy un manifiesto político en el cual llaman al pueblo dominicano a participar “con decisión y energía” en la marcha ciudadana de este domingo 22 de enero para ponerle fin al que llamaron «régimen de la corporación PLD-Odebrecht».
El manifiesto, en el que el #22E se dibuja como “espejo luminoso” de una ciudadanía que se va convirtiendo en sujeto político, plantea que el caso Odebrecht sólo podrá llegar hasta sus últimas consecuencias con la ciudadanía ejerciendo la democracia de calle.
A continuación el texto íntegro del manifiesto político seguido de la lista de ciudadanas y ciudadanos firmantes.
“El #22E se encamina a romper los muros del poder peledeísta”.
Manifiesto político por el fin de la corporación mafiosa PLD-Odebrecht:
Danilo Medina jamás imaginó que el caso Odebrecht iba a explotar entre sus propias manos casi apenas iniciarse su segundo mandato, arrastrando al despeñadero a la cúpula del PLD junto a grupos económicos, poderes fácticos y medios de comunicación.
El expediente de corrupción transnacional instrumentado de manera conjunta por la justicia de Brasil, Estados Unidos y Suiza contra la constructora más poderosa de América Latina y el Caribe, ha puesto al descubierto en el plano nacional una gran red de corrupción transversal a todo el régimen político institucional de la República Dominicana.
El presidente del PLD, Leonel Fernández, y el presidente reelecto, Danilo Medina, aparecen fuertemente embarrados en la operación Odebrecht por su relación de negocios con el asesor brasileño Joao Santana, la visita del ex presidente Lula al país, la visita de Danilo Medina a Brasil y la aparición de un personaje como Ángel Rondón, de la intimidad del poder peledeísta, moviendo grandes cantidades de recursos económicos y financieros en favor de la maquinaria oficial.
Con la democracia de calle puede romperse el sello de la impunidad para un presidente como Danilo Medina que parecía haberse reservado la gloria, flotando entre las nubes con números estrafalarios en las encuestas, un dominio casi absoluto de los medios de comunicación, un Congreso y una Justicia a sus pies, un empresariado temeroso y pasivo, y una ciudadanía que se expresaba de forma ocasional, con protestas episódicas como fueron los movimientos contra el fraude fiscal, la lucha por el 4% para la educación y las manifestaciones contra la OISOE.
La gran novedad del momento es que esta vez la ciudadanía no parece que va a quedarse en actos testimoniales y efímeros, la marcha del 22 de enero de 2017 está marcando un corte en la realidad política dominicana y podría desencadenar una importante transformación dentro de toda la estructura institucional del Estado. El #22E se encamina a combatir un Estado y una forma de gobernar desmedida y sin controles, que ha hecho de la corrupción y la impunidad su forma natural de reproducirse y operar.
La gran manifestación política y ciudadana del #22E tiene dislocado al gobierno de Danilo Medina. Hasta ahora su única respuesta ha sido nombrar una comisión de «notables» paralela a un Ministerio Público disfuncional que nació predestinada al fracaso, no solo por su estilo trasnochado, su rémora balaguerista y su carácter inconstitucional, sino también porque puso en evidencia las puertas giratorias entre el poder político, los grupos económicos y los poderes fácticos.
La voz de la calle venció el recurso tradicional de apelar a “notables” para desmovilizar la sociedad y sortear la crisis haciendo que las soluciones caigan en el vacío.
Estamos asistiendo a un nuevo ciclo político con los significados propios que está mostrando el #22E, donde se perciben formas no orgánicas capaces de auto-organizarse, vistas con inquietud e incluso con mucha sospecha por el Gobierno de Danilo Medina y el PLD, evidenciando gran temor a lo que no puede controlar.
Están por romperse los muros del poder peledeísta, con un desbordante e inesperado torrente de entusiasmo y comentarios en las redes sociales a favor del protagonismo ciudadano, que ha dejado atrás la mordaza y el cerco mediático oficial para desatar un frenesí de emociones aglutinantes de una gran diversidad de actores sociales y políticos en lucha por erradicar la corrupción y la impunidad, lo que no es cualquier cosa en nuestro país dado que ese accionar parecía aceptado socialmente hasta incluso como sinónimo de éxito, convirtiéndose en la fórmula sistémica con que ha operado la clase política en nuestra sociedad.
Frente al secuestro y el descrédito de las instituciones la calle se ha convertido en el espacio público más propicio para exigir con energía y voluntad el restablecimiento del Estado de Derecho. El #22E puede ser un luminoso espejo para reflejar un futuro posible, así como una oportunidad para conquistar un nuevo devenir: una sociedad más participativa, más transparente y menos desigual.
El #22E se ha tornado desde ya en un gran escrutinio crítico no solo para el PLD y el gobierno de Danilo Medina, los medios de comunicación, los grupos económicos y los poderes fácticos, también para toda la oposición política. Una sociedad llega a ser democráticamente madura cuando deja de reverenciar con culto y sumisión a sus representantes y esto es precisamente lo que está aconteciendo en estos momentos en nuestro país.
Ante una situación social y política como la que vivimos, las ciudadanas y los ciudadanos firmantes del presente documento queremos expresar nuestro más decidido y rotundo apoyo a la marcha ciudadana del próximo domingo 22 de enero y a la lucha política del pueblo dominicano por recuperar lo robado y por el fin de la corrupción y la impunidad de la mafia PLD-Odebrecht.
19 de enero 2017. República Dominicana
Firmantes:
Lety Melgen, economista
Anselmo Muñiz, investigador social
Deivis Ventura, activista glbti
Ana Feliz, profesora de historia
Fernando Gil, médico y político
Tirso Mejía Ricart, intelectual y político
Mario Bergés, dirigente sociedad civil
Juan Miguel Pérez, sociólogo
Bartolomé Pujals, abogado y dirigente sociedad civil
Roberto Álvarez, experto en relaciones internacionales
Jesús Feris Iglesias, médico y político
Héctor Díaz Polanco, intelectual dominicano residente en México
Andrés L. mateo, escritor
Alanna Lockward, escritora
Quisqueya Henríquez, artista
Melania Reyes, dirigente comunitaria
Carolina Santana, abogada dirigente social
Gabriela Reyes Rosario, dirigente comunitaria
Clarisa Gil Batlle, dirigente sociedad civil
Pedro Catrain, abogado y político
Edwin Mazara, activista EEUU
Miguel Luna, activista EEUU
Randy Custodio Brito, regidor Azua
Orlidy Inoa, abogada experta en seguridad y armas
Olaya Dotel, profesora Ciencias Políticas
Yoeliza Matos, activista derechos humanos
Albania Camacho, profesora y activista social
Benito Antonio Marte, dirigente social
Miguel Ángel Muñiz Arias, político
Joffre de la Fontaine, intelectual dominicano residente en México
Ángel Alberto Bogaert, activista EEUU
Rubén Rodríguez, comunicador
Héctor Turbi, economista y dirigente social
César Mieses, antropólogo y político
Alexander Mundaray, activista glbti
Alex Amaro, activista EEUU
Alexis Álvarez, arquitecto y dirigente social
Jorge Herrera, sociólogo, activista EEUU
Josenia Rosario, activista EEUU
Francisco Lazala, activista glbti EEUU
Máximo Laureano, periodista
Alfonso Torres, periodista
Wilson Mayobanex Reyes, comunicador y abogado
Alexandra Ramírez, mercadotécnica, dirigente social
Filgian Fletes Rojas, dirigente social
Mary Luz Gómez, dirigente comunitaria
Amelia Muñiz, médico
Diego Girón, activista derechos humanos
Genaro Rincón, abogado y activista derechos humanos
Darío García, abogado y político
Fanny Santos Carmona, dirigente social
José Díaz, dirigente deportivo
Freddy García Vicente, ingeniero y dirigente social
Yudelis González, médico
Antonio Emil, abogado y activista derechos humanos
Felipe Santos, abogado
Domi Mandel García, activista derechos humanos
Albertina Vásquez, dirigente comunitaria