Las Escrituras nos enseñan en Filipenses 2:10-11 que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla y toda lengua confiese que Jesucristo. En otras palabras, absolutamente toda rodilla, no importa posición, jerarquía, linaje, descendencia, fama, renombre o color, se doblara ante Dios y su Hijo Jesucristo; y toda lengua, absolutamente, toda, no importa el lugar, geografía, raza o cultura, confesara que Jesucristo es el Señor. Y todo se hará para la gloria del Dios Padre.
Las propias Escrituras son las que ayudan a entender y a interpretar las Escrituras.
En Romanos 14:10-12, Dios nos enseña que todos (absolutamente todos, no importa, dijimos, el idioma, la raza, el país, su linaje, poderío), compareceremos ante el tribunal de Cristo; y reitera que toda rodilla se doblara y toda lengua confesara a Dios. Pero lo interesante en este pasaje es que nos dice “compareceremos ante el tribunal de Cristo” y “cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí”.
Y luego en Apocalipsis 17:14 nos enseña: “Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados, elegidos y fieles”.
Me llama la atención que ya en ese último pasaje es que “los que están con él”, son los que aman a Dios, a Cristo; los que están con el Señor, posiblemente en los cielos, y luego vendrán a la tierra a establecer su reinado, serán los “llamados, elegidos y fieles”.
Desde el salmo 110:1, del antiguo testamento, hasta Mateo 22:44, Hechos 2:35 y 1 Corintios 15:25, las Escrituras mencionan claramente que Jehová le dijo a “mi Señor”, a Cristo, que es preciso que el reine; “siéntate a mi diestra hasta que ponga a todos tus enemigos por estrado de tus pies”.
Todos tenemos que venir a los pies de Cristo. Cada uno debe dar cuenta a Dios de sí. En algún momento, vendrá a la tierra de manera literal. El propio Jesucristo lo declara: “Yo vengo pronto y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra”. (Apocalipsis 22:12). La pregunta es con que actitud iremos o nos acercamos a los pies de Cristo? por amor o por dolor? Cada quien es libre para decidir. Cada uno escoge si decide ser fiel y amar al Señor o no. Personalmente, hace ocho años, decidí entregar mi voluntad y acercarme por amor, y doblar cada día mis rodillas, ante los pies de Cristo.