Vivir en la República Dominicana agota. Al calor infernal que nos ahoga se suman la factura eléctrica que va subiendo cada mes y, por supuesto, la triste fortuna de que el suministro de la energía eléctrica sea el peor de los servicios.
Esta es la tierra de la eterna promesa. Desde siempre hemos escuchado que los apagones terminarán. Pero no terminan porque idénticos a Balaguer: ¡vuelven y vuelven a ocupar nuestros sofocantes días! ¡Ni Punta Catalina, que se presentó como la panacea, resolvió el problema!
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La incapacidad de los rectores del sector eléctrico, desde la famosa Corporación Dominicana de Electricidad (CDE) hasta hoy, ha brillado con excelencia en cada uno de los gobiernos: apagones más o menos, nadie ha dado con la solución.
Es difícil olvidar cuando el 19 de mayo de 2022 el presidente Luis Abinader dijo que “los apagones tienen cansado a todos y por muchos años. Ese es uno de los problemas que tiene años, décadas sin resolverse… entonces nosotros sí tenemos un plan para resolverlo”.
Mientras el plan surte efecto (¿antes del 2028?), el ministro de Energía, Joel Santos, pide paciencia y la vice Raquel Peña que paguemos la factura (¡ya lo hacemos!). A ambos hay que recordarles que muchos salimos ya del Club de los Pendejos.