El príncipe Felipe, esposo de la reina Isabel II, recibió este martes el alta médica y abandonó el hospital privado King Edward VII, en el centro de Londres, tras haber permanecido ingresado durante veintiocho días.
Según pudo constatar una periodista de Efe en el lugar, el duque de Edimburgo, de 99 años, abandonó en un coche privado -un BMW negro- el centro hospitalario, después de que decenas de agentes de Policía bloqueasen las calles adyacentes para preparar la salida del convoy en el que viaja el consorte de la reina.
El príncipe Felipe fue hospitalizado el pasado 16 de febrero para tratarse por una infección y dos semanas más tarde fue trasladado al centro médico de St Bartholomew, también en la capital británica, donde permaneció varios días para ser operado con éxito de un problema cardíaco.
El duque y la monarca, de 94 años, han pasado la parte más reciente del confinamiento en este país en su residencia en el castillo de Windsor con un reducido grupo de empleados, conocidos como la «Burbuja» de Su Majestad.
El motivo exacto por el que el príncipe Felipe ingresó inicialmente no se ha hecho público, si bien fuentes del Palacio de Buckingham aclararon en su día que no estaba relacionado con el coronavirus.
Isabel II y su esposo recibieron la vacuna contra la covid-19 el pasado enero.
Durante su estancia en el hospital -la más larga hasta la fecha-, el duque recibió la visita de su primogénito y heredero al trono, Carlos de Inglaterra, el pasado 20 de febrero.