Aunque algunos lo consideren una irreverencia pero es así. El oficialista Partido Revolucionario Moderno (PRM) está obligado a unificar criterios en torno al tema de la escogencia de su candidatura presidencial, esto atendiendo al legítimo derecho de sus bases, o de lo contrario podrían verse condenados a irse del poder
En este partido y según lo que observamos, hay personalidades con ciertas categorías dirigenciales, y hasta con incuestionable liderazgo. Esto los coloca en la ruta de poseer a lo interno de dicha organización, un pedazo de la isla de ese poder que hoy ostentan.
Sin embargo, algun@s de los que buscan sustituir al actual mandatario Luis Abinader en la mansión de la Delgado con México, como que han estado perdiendo el buen rumbo que los tiempos actuales demandan dentro de la citada organización.
Varios de los que aspiran han estado sustentando ciertos niveles de confianza tanto en migrantes como en algunos de los tránsfugas que provenientes de otras parcelas partidarias, en donde la gran mayoría desconocen el ADN que le dio origen a la entidad oficialista, y por tanto, a la hora decisiva podrían enfrentar terribles realidades que si no son sabios o sabias, hasta se les podría nublar el entendimiento y tomar decisiones muy contrarias a lo que son las reales aspiraciones de sus bases, que es el mantenimiento del poder.
En varias de nuestras intervenciones pasadas y a través de este medio ya lo hemos escrito, que en esta amplia selva política hay un león sediento de poder, un león con la debida formación y las garras muy bien afiladas que detrás de sus propósitos no está jugando.
Como felino al fin está posicionando su manada. Si en el PRM no logran ponerse de acuerdo con la debida inteligencia política emocional que demanda el momento, este hasta podría clavar sus garras justo en el lugar que los dejaría sin conocimientos. Tirado en un amplio pavimento, y de ahí, entonces como carroñas al acecho y moribundo ver llegar los buitres para ya alejados del poder y de sus magias, tratar de levantarse y dirigirse hacia el muro de las lamentaciones, para desde ahí establecer culpabilidades y buscar al o a los responsables de algo que hoy les estamos advirtiendo.
El viernes 16 de junio del 2023, y en un artículo que escribiéramos en este mismo espacio bajo el título: Tozudez política, decíamos del tortuoso camino que estaba recorriendo el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y hoy el tiempo y las actuaciones que describimos en ese momento nos han estado dando la razón.
Pero años antes, específicamente el 19 de abril del 2017, en un medio hermano publicamos un análisis reflexivo bajo el título “El PLD y su difícil camino en la historia” en donde expresamos que “El tira y jala que mantienen los llamados grandes líderes y la guerra que de manera soterrada se viene observando en el interior de ese partido, cuyos principales ejes son precisamente aquellos sobre los cuales descansa la paz interna de dicha organización, es decir, el ex Presidente Leonel Fernández y el mandatario actual, licenciado Danilo Medina, es la mejor manera de vislumbrar el futuro de cara al 2020 si las cosas dentro de esa parcela no se recomponen”, y al igual que en 2023, el tiempo y las débiles y personalistas actuaciones de ciertos niveles dirigenciales de ese partido nos han dado la razón.
Es lo que en estos momentos exponemos en el presente artículo, para que cuando en un futuro nos sentemos en nuestra PC y tengamos que hacer lo que en estos momentos estamos haciendo, no escribir precisamente lo que en las líneas estamos dejando plasmado, algo que aunque parezca irreverente es la pura realidad.