PUERTO PLATA.- El municipio Imbert, de esta provincia, fue escenario de dos manifestaciones pacíficas el fin de semana, una en contra de las granceras que supuestamente depredan el río Bajabonico ante la mirada indiferente del Gobierno central y la otra, un grupo de camioneros de la zona que defiende su permanencia.
“Que no se muera el río, fuera las granceras”, gritaban los comunitarios quienes desafiaron un radiante sol para defender el río Bajabonico, afluente que, según dicen, tres granceras sacan materiales a toda hora.
Además, los manifestantes de Imbert y la comunidad Saballo se quejan de los camioneros que defienden su permanencia.
Responsabilizaron a las granceras propiedad de los señores llamados José Luis en Saballo, Seiko, de Braulio Peralta en la comunidad de Piragua y a otra grancera conocida como Sabinsa.
Para este martes, la Cámara Civil y Comercial de Puerto Plata conocerá un recursos de amparo interpuesto por diversas entidades, organizaciones y representantes de la sociedad civil de Saballo e Imbert que piden de las autoridades el cese de la extracción de materiales para la construcción de la ribera del río Bajabonico, tales como arena, cacajo, piedras, grava, entre otros.
Cipriano Francisco (Fifi), vocero del grupo Pro Río Bajabonico, llamó al presidente Luis Abinader parar el daño medioambiental que las granceras están ocasionando al afluente desde el año 1996.
Lamenta que el director provincial de Medio Ambiente, Raúl Brugal, y el procurador de Medio Ambiente de Puerto Plata, Elvis García, estén de brazos cruzados ante el reclamo de los imberteños.
Participaron en la marcha contra la explotación la alcaldesa María Elena Ramos, el diputado al Parlacén, Alejandro Aguirre y el sacerdote Nelson Cruz. El padre Nelson Cruz dijo que es una necesidad salvar el río Bajabonico.
Mientras que, en la otra campana, están los camioneros, quienes defienden que las granceras permanezcan en la comunidad Saballo, al tiempo de calificar como una mentira de que estas empresas saquen materiales del río Bajabonico.
Indican que no se oponen a las medidas tomadas por Medio Ambiente y Recursos Naturales en procura de preservar el río Bajabonico, pero consideran que no se debe cerrar las operaciones de las granceras de las minas existentes.
Advierten que de cerrarse estas empresas cientos de personas de Imbert que tienen un empleo pasarían hambre y la miseria se apoderaría de ese pueblo.